El Tecnyconta se reencuentra

Pese a la reciente derrota contra el Andorra, el Tecnyconta Zaragoza ha completado una primera vuelta notable.

Bo McCalebb, en el partido del domingo ante el Andorra
Bo McCalebb, en el partido del domingo ante el Andorra
Oliver Duch

El Tecnyconta cerró la primera vuelta el pasado domingo, frente al Andorra, con una contundente derrota al calor de sus aficionados (77-97). Víctima de su propia ansiedad, y lastrado por su desatino desde el perímetro (4 triples convertidos en 26 intentos), el conjunto zaragozano no alcanzó la altura requerida para competir. Sobre todo en la segunda mitad, cuando protagonizó un desplome sorprendente, inesperado, impropio de una plantilla que venía ofreciendo un notable rendimiento en cada una de sus actuaciones.

De hecho, la derrota del pasado domingo no desacredita una andadura firme, convincente, sin apenas mácula. El Tecnyconta ha alcanzado el ecuador de la temporada con ocho triunfos en su haber y sensaciones muy positivas en su juego. Así, los zaragozanos se han impuesto en el pabellón Príncipe Felipe al Gipuzkoa Basket (76-73), al Estudiantes (91-85), al Joventut (112-66), al Herbalife Gran Canaria (71-69) y al UCAM Murcia (88-68), y también conquistaron el triunfo en sus desplazamientos a Burgos (79-93), Tenerife (86-88) y Lugo (82-86).

El equipo aragonés se alinea en la actualidad en la décima posición de la tabla, con dos triunfos más que el duodécimo clasificado y tres victorias de margen con los puestos de descenso a la Liga LEB. Una situación holgada para un equipo que, tras acometer hasta once nuevas incorporaciones el pasado verano –además de un nuevo entrenador–, necesitó de tiempo y paciencia, y de mucho trabajo, para alcanzar su verdadera dimensión. Y cuyo objetivo prioritario pasa "por alcanzar, con la mayor prontitud posible, las 12 o 13 victorias que garanticen la permanencia" en la máxima categoría, tal y como explica el técnico de los zaragozanos, Porfirio Fisac.

Un tramo exigente

El cuadro aragonés se ha distinguido por su capacidad competitiva y por una convicción admirable en su juego. Hay un trazo definido y una plantilla equilibrada, ambiciosa y solvente, con suficientes argumentos para cuestionarle el triunfo a cualquier rival y en cualquier escenario. El Tecnyconta ya superó con nota el tramo inicial de la competición, donde se topó con un calendario especialmente adverso: jugó a domicilio cinco de sus siete primeros compromisos, y todos ellos de una dificultad manifiesta: Vitoria, Barcelona, Málaga y Tenerife, donde se enfrentó con cuatro de los cinco primeros clasificados; y también se desplazó a Burgos, donde se impuso a una de las revelaciones de la anterior temporada, en otro escenario plagado de obstáculos.

Pese al exigente recorrido inicial, el Tecnyconta ha firmado actuaciones de altura, de rango mayor, y ante adversarios que se presentaron a la cita en clara línea ascendente. Y ha sabido manejarse con carácter y personalidad en la mayoría de sus compromisos. En sus tres victorias a domicilio (Burgos, Tenerife y Lugo), los aragoneses se emplearon con oficio, templanza y tranquilidad, con las pausas preceptivas, cuando el partido así lo demandaba. Sobre todo en los compases finales, en los momentos más comprometidos del duelo, donde jugadores como Okoye, McCalebb o Seibutis, entre otros, demostraron su capacidad para asumir responsabilidades.

Frente al Gipuzkoa, el Tecnyconta protagonizó una remontada espectacular en el último minuto de la contienda; en Lugo, los aragoneses nunca bajaron los brazos y voltearon el marcador tras sobreponerse a una desventaja de 15 puntos; contra el Tenerife, se ejecutó la pizarra a la perfección y se ganó con un triple de Okoye sobre la bocina; ante el Estudiantes, se resistió el empuje de un rival que nunca bajó los brazos; y contra el Joventut –séptimo clasificado– y el UCAM Murcia, los zaragozanos exhibieron un juego de mucha entidad, brillante por momentos, para capturar dos triunfos irrebatibles.

Otras grandes actuaciones se quedaron sin recompensa, como la derrota encajada en la pista del Real Madrid, cuando los zaragozanos sólo cedieron tras un palmeo de Randolph en el último segundo de la contienda. Sus máculas atienden a las derrotas en casa contra el Fuenlabrada, el Obradoiro y el Andorra, donde los aragoneses rindieron muy por debajo de sus prestaciones habituales. En cualquier caso, el Tecnyconta ha recuperado este año sus señas de identidad; se ha reencontrado.

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