El Tecnyconta pega el estirón

El conjunto aragonés sigue creciendo conforme avanza la temporada y está cada vez más cerca de su mejor versión. Pese a su exigente inicio, se ha situado a un solo triunfo del quinto clasificado.

Stan Okoye, en el partido ante el Estudiantes.
Stan Okoye, en el partido ante el Estudiantes.
José Miguel Marco

El Tecnyconta ilusiona. Su andadura está resultando firme, convincente, sin apenas mácula, pese a toparse con un calendario de máxima exigencia en el tramo inicial de la competición. Y ahora ha fortalecido sus aspiraciones, tras haber conquistado cuatro victorias, algunas de rango mayor, y haberse situado a un solo triunfo del quinto clasificado. Aunque todavía no ha alcanzado su verdadera dimensión, el cuadro aragonés ya se distingue por su capacidad competitiva y por una convicción admirable en su juego. De momento, existen motivos suficientes para creer. Hay un trazo definido y una plantilla equilibrada, ambiciosa y solvente.

Compromiso colectivo

El Tecnyconta ha recuperado sus señas de identidad. Vuelve a distinguirse por la fuerza del grupo. El rendimiento colectivo prima por encima de las individualidades. Ese es, precisamente, el exitoso ideario del conjunto aragonés: la implicación de todos los jugadores en un proyecto común. Cuando el Tecnyconta aplica estas máximas, adquiere una seguridad en su juego capaz de amedrentar a cualquier rival y en cualquier escenario, tal y como demostró en sus actuaciones en Burgos y Tenerife. Y cuando un jugador está por debajo de sus prestaciones habituales, otros emergen con fuerza para asumir la responsabilidad.

Mejoría defensiva

En las primeras jornadas, el Tecnyconta fue un bloque vacilante y quebradizo atrás, con importantes desatenciones en su juego. De hecho, todavía presenta la defensa más batida de toda la competición, con un promedio de 87,38 puntos encajados por duelo. Guarismos que se desprenden, en gran medida, de sus actuaciones en Barcelona (99-55), Vitoria (99-76) y Málaga (98-82). Sin embargo, la escuadra zaragozana ha fortalecido su estructura de contención en sus compromisos más recientes. Ha edificado un muro sólido y tenaz, muy trabajado tácticamente, de permanentes ayudas, que ahoga sin remisión las principales fortalezas del rival. En este sentido, McFadden fue anulado en Tenerife por el desempeño de Renaldas Seibutis; mientras que Barreiro, y más tarde Radovic, contuvieron el potencial ofensivo de Alessandro Gentile, el francotirador más fiable del Estudiantes.

Poderío interior

En la pintura, la plantilla aragonesa dispone, por fin, de jugadores imponentes, intimidantes y agresivos, distinguidos por su envergadura, su consistencia atrás, su facilidad reboteadora, su capacidad para modificar los tiros del rival y su habilidad para jugar por encima del aro. Fran Vázquez y Javier Justiz ofrecen numerosos argumentos en los dos lados de la pista, porque también anotan con facilidad bajos los aros e, incluso, con sus lanzamientos a media distancia.

Y en la demarcación de ala-pívot, Radovic ha dado un importante paso adelante en el presente ejercicio –es el jugador más regular de los zaragozanos–, mientras que Nacho Martín, al margen de sus recursos en el poste bajo, representa una amenaza en el tiro exterior. Además, Mar Martí es una opción fiable en los minutos que salta a la pista. Su cometido es aportar, ayudar, contribuir al triunfo desde un papel secundario. Una tarea ingrata que ha sabido asumir con honestidad. Transcurridas ocho jornadas de la competición, el Tecnyconta es el máximo taponador de La Liga Endesa (3,5 por partido), y el sexto que más rebotes captura por duelo (35,63).

Criterio ofensivo

El equipo aragonés, cada vez más cuajado, todavía no ha alcanzado su verdadera dimensión. Sin embargo, su mejoría resulta evidente conforme avanza el campeonato, y también ha elevado notablemente su aportación ofensiva. En este aspecto, ya ha resuelto muchos de sus desequilibrios y, a tenor de sus actuaciones más recientes, ya se maneja con oficio y solvencia en sus acciones de ataque, incluso en los momentos más comprometidos. El Tecnyconta es ahora rápido en las transiciones, circula con criterio el balón y encuentra tiros liberados, sin apenas oposición, desde todas las posiciones de la pista.

Y no sólo jugadores como McCalebb, Seibutis, Santana o Alocén ofrecen muy buenas lecturas; Radovic, por ejemplo, encontró importantes ventajas en su emparejamiento con Gentile, pero también supo sacar fuera el balón cuando el Estudiantes cerró en exceso su defensa. En una de esas acciones llegó el triple de Seibutis que, prácticamente, sentenció el partido contra los madrileños.

Personalidad y templanza

El Tecnyconta ha superado con nota un inicio de muy difícil manejo. Cinco de sus siete primeros partidos se celebraron lejos de su pista, y además frente a adversarios de mucha entidad –Baskonia, Barcelona, Unicaja, Tenerife y Burgos–. Sin embargo, a excepción de su visita al Palau, el cuadro zaragozano ha sabido manejarse con carácter y personalidad, y ha obtenido dos premios de prestigio en rodeo ajeno, al imponerse en la pista del Burgos y del Tenerife.

En esas dos victorias a domicilio, y también en los dos triunfos obtenidos como local (Gipuzkoa y Estudiantes), los aragoneses se emplearon con oficio, templanza y tranquilidad, con las pausas preceptivas, cuando el partido así lo demanda. Sobre todo en los compases finales, en los momentos más comprometidos del duelo, donde jugadores como Okoye, McCalebb o Seibutis, entre otros, demostraron su capacidad para asumir responsabilidades. Frente al Gipuzkoa, el Tecnyconta protagonizó una remontada espectacular en el último minuto de la contienda; en Burgos, los aragoneses supieron administrar su ventaja hasta el final; contra el Tenerife, se ejecutó la pizarra a la perfección y se ganó con un triple de Okoye sobre la bocina; y ante el Estudiantes, se resistió el empuje de un rival que nunca bajó los brazos.

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