Demasiado castigo

El Tecnyconta se desploma en el último cuarto ante uno de los equipos más imponentes de Europa.

Dragovic defiende una penetración de Causeur durante el Madrid-Tecnyconta.
Dragovic defiende una penetración de Causeur durante el Madrid-Tecnyconta.
Juan Carlos Hidalgo/Efe

No hubo opción a la victoria. El Madrid no ofrece tregua, no admite ni una sola concesión. Es un bloque contundente, vigoroso, imponente en todos los aspectos del juego. Posee una ambición desbordada, una amplitud de recursos devastadores, sobre todo en sus acciones de ataque. Sus distracciones son mínimas. Castiga con saña cualquier desatención del rival. Por historia, presupuesto, plantilla, potencial y profundidad de banquillo, el cuadro blanco era el indiscutible candidato a la victoria. Y ha capturado el triunfo, aunque con una diferencia en el marcador inexistente en el juego (93-65). Ha sido un castigo excesivo para el Tecnyconta, que, aunque por momentos ha carecido de  fuste y energía, tampoco ha merecido un resultado adverso de tanta contundencia.

El equipo aragonés ha competido durante media hora, si bien le ha faltado mayor compromiso colectivo para cuestionarle el triunfo a su rival. Ha protagonizado un inicio desalentador, con importantes desequilibrios en los dos lados de la pista, pero ha sabido obreponerse después gracias a su acierto desde el tiro exterior. Posteriormente, ya en el último cuarto, se ha desplomado irremediablemente por su desatino ofensivo, por el desgaste físico acumulado y por su incapacidad para creer en la victoria. Demasiadas concesiones para intentar sorprender al Madrid. En los compases finales, un parcial de 32-16 ha acabado definitivamente con la oposición de los zaragozanos, que siguen sin sumar una sola victoria en el curso actual.

De inicio, el cuadro madridista se ha manejado con mayor oficio y convicción. El Tecnyconta ha comparecido con dudas, con su silueta desfigurada, y ha sido permanentemente superado en los dos lados de la pista. A los tres minutos, Causeaur había protagonizado las tres primeras canastas locales, mientras el conjunto aragonés, al margen de sus problemas para anotar, también sufría para contener cada uno de los ataques de su oponente. Los blancos, muy superiores en todos los órdenes del juego, enseguida han iniciado el despegue en el marcador (19-8).

El técnico de los visitantes, Jota Cuspinera, ha detenido el partido en el ecuador del primer acto, pero el equipo zaragozano no ha podido resolver sus desequilibrios. Por entonces, la productividad del conjunto aragonés se reducía a dos triples de Suárez y una canasta de Varnado. Mientras, el equipo de Pablo Laso gobernaba con autoridad todos los órdenes del juego (24-8).Vulnerable atrás e indeciso en sus acciones ofensivas, el Tecnyconta no hallaba respuestas para detener a su rival.

Al cierre del primer cuarto, había un dato especialmente significativo: los locales sumaban 39 tantos en valoración, por sólo 3 de los visitantes. Un indicador diáfano de las prestaciones ofrecidas por ambos conjuntos. El Madrid había edificado un renta de 13 puntos (26-13), disfrutaba de un partido plácido y caminaba con paso firme hacia la victoria. Además, tres jugadores del Tecncyonta -Bellas, Dragovic y De Jong- se habían cargado de faltas con demasiada prontitud.

El conjunto aragonés ha elevado su rendimiento en el segundo acto, sobre todo en las labores de contención. Por fin ha defendido con determinación, tenacidad y solvencia, aunque no ha obtenido todos los réditos que realmente merecía. Su acertado desempeño atrás no se ha trasladado al marcador, en gran medida porque el Real Madrid, uno de los ataques más productivos del baloncesto continental, golpea sin remisión desde todas las posiciones de la pista y también anota en situaciones de máxima dificultad. Al menos, los zaragozanos han ofrecido una imagen mucho más digna y decorosa.  Además de su mejoría defensiva, el Tecnyconta ha aumentado su amenaza exterior con los triples de Suárez, Blums, Neal y Barreiro.

Al descanso, los aragoneses habían ejecutado menos tiros de dos puntos (10) que lanzamientos desde el perímetro (15), pero habían igualado el parcial (20-20). Los blancos habían rebajado su capacidad ofensiva, aunque mantenían una sólida ventaja (46-33) por la insistencia de Felipe Reyes, el descaro de Kuzmic y la efectividad de Anthony Randolh.

En la reanudación, el cuadro aragonés se ha distinguido por su fortaleza mental, por su capacidad para remar contracorriente con tesón, orgullo y constancia. Sin brillantez, favorecido también por la relajación de su adversario, ha seguido plantando cara a su rival, aunque sin demasiada convicción en una posible remontada.

Transcurridos siete minutos de juego, los blancos habían reducido su anotación a sólo ocho puntos, un fiel reflejo de la gran presión ejercida por los zaragozanos. Un certero triple de Michal Michalak, tras una asistencia de Juanjo Triguero, ha situado al Tecnyconta a nueve puntos de distancia (54-45), lo que ha obligado a Pablo Laso a detener el encuentro. A partir de ahí, el equipo de Cuspinera ha tenido opciones para reducir aún más su desventaja, pero ha tres ataques consecutivos. Suficiente para que el Madrid, letal al contragolpe, volviera a ampliar su renta al filo de la media hora (61-49).

En el cuarto definitivo, el Tecnyconta ha bajado definitivamente los brazos. Siempre a remolque, exhausto por el desgaste acumulado -tercer partido en una semana-, y ante un rival talentoso, ambicioso, intenso y devastador, el cuadro aragonés se ha desplomado sin remisión en los últimos diez minutos de la contienda. Un parcial contundente (32-16) ha retratado al conjunto zaragozano, ya totalmente descompuesto. Sin fuerzas, sin alma, sin fe. Sin argumentos para competir.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión