Los señalados de Joaquín

El entrenador del CAI está preocupado por la apatía exhibida por Jelovac, Katic y Landry en los últimos partidos.

Joaquín Ruiz Lorente en una foto de archivo.
Joaquín Ruiz Lorente en una foto de archivo.
ACBMedia/Efe

"Hay jugadores que ya han desconectado de la temporada". El entrenador del CAI Zaragoza, Joaquín Ruiz Lorente, expresó su malestar con la actuación de su equipo ante el Barcelona. Lo hizo de manera enérgica, con un discurso tan sincero como contundente: "Si hay que morir con seis, entonces moriremos con seis; pero no podemos tirar el año. Hemos sido una caricatura", añadió el técnico, nada más finalizar el duelo del pasado domingo. En sus dos últimas actuaciones, el cuadro aragonés no ha alcanzado la altura requerida para competir. Al contrario, ha experimentado una involución sorprendente en su juego, resultado de la falta de compromiso de algunos miembros de la plantilla.


El Laboral Kutxa, que se impuso por 28 puntos de distancia (73-45), y el Barcelona, que arrolló a los zaragozanos en el pabellón Príncipe Felipe (67-103), retrataron la indolencia de un grupo que, a falta de cuatro jornadas para el final, ha abandonado las posiciones de ‘play off’ y debe afrontar, en los próximos partidos, un tramo especialmente dificultoso: le aguardan dos desplazamientos de máxima exigencia (Málaga y Gran Canaria), y recibirá en casa al Manresa y el Gipuzkoa Basket, dos conjuntos que luchan desesperadamente por la salvación y que no ofrecerán demasiadas concesiones. Una cuesta especialmente intensa que el CAI, además, afronta ya sin margen de error. Necesita al menos tres victorias -posiblemente cuatro- para garantizar su presencia en las eliminatorias por el título; y también se halla en juego su participación en Europa, uno de los objetivos prioritarios del club.


Sin embargo, en la fase decisiva de la competición, el conjunto zaragozano ha emitido señales muy preocupantes. El comportamiento de algunos jugadores, su indolente actitud, ha generado una importante inquietud en Joaquín Ruiz Lorente, quien ya penalizó a algunos componentes de la plantilla reduciendo drásticamente su presencia en la pista. Por compromiso, personalidad, orgullo y ambición, hay jugadores libres de toda sospecha como Henk Norel, Pedro Llompart, Pere Tomás y Joan Sastre, siempre prestos para combatir. Al margen de su rendimiento, que será más o menos acertado, siempre exhiben una actitud ejemplar y piensan más en el beneficio del grupo que en su propio lucimiento personal.


También Kevin Lisch, a pesar de sus indecisiones, al menos se emplea en defensa con perseverancia y tenacidad. Goulding, por su parte, presenta numerosos altibajos, además de algunas desatenciones en las labores de contención; pero es otro jugador que nunca se esconde y que, más allá de su acierto, siempre intenta mejorar sus prestaciones y antepone el bien colectivo a sus estadísticas individuales. Mientras, Robinson también carece de regularidad y constancia, y ante el Barcelona se vio permanentemente superado por Thomas; pero cuenta con la confianza de Ruiz Lorente, quien le concede 26 minutos de media por partido.Bajada de brazos

Por el contrario, hay otros jugadores que, según se desprende de sus últimas actuaciones, parecen haber bajado los brazos de manera definitiva. Se trata de Rasko Katic, cuya aportación se ha reducido drásticamente en la segunda vuelta de la competición; de Marcus Landry, especialmente desacertado en el último mes del torneo; y de Stevan Jelovac, cuyo juego, además de anárquico e intermitente, se resiente de forma alarmante a la hora de defender.


En este sentido, los datos son muy significativos. Katic venía actuando casi 20 minutos por encuentro, con 9 puntos por choque y una media de 8 tantos en valoración. Todo ha cambiado en los últimos partidos. Ante el Bilbao Basket, su presencia en la pista se redujo a 5 minutos, lo que ya pareció un toque de atención del técnico por no emplearse con su intensidad habitual. Pero una semana más tarde, el serbio sumó un punto y un rebote, durante un cuarto de hora, en el partido contra el Obradoiro. Aunque después, ante el Real Madrid, sí tuvo una respuesta formidable (16 puntos), su rendimiento ha vuelto a decaer en las dos últimas jornadas: 12 minutos contra el Laboral Kutxa, y apenas 8 el pasado domingo, frente al Barcelona. La irrupción de Henk Norel, muy cerca ya de su verdadera medida, también ha contribuido al ostracismo del serbio.


En el caso de Landry y Jelovac, el problema es considerable: ambos actúan en la misma posición, lo que dificulta notablemente la distribución de minutos, y los dos quieren permanecer en la pista el mayor tiempo posible. Una situación de muy difícil manejo para el entrenador, que debe mantener el ánimo y la implicación de cada uno de sus jugadores. Hasta hace muy poco, Landry y Jelovac eran los hombres más productivos del CAI en el aspecto ofensivo, pero han experimentado un desplome sorprendente en el último mes de la competición. El americano ha convertido 9 de sus últimos 40 lanzamientos, un desatino inusitado en un jugador de su potencial. Firmó 2 puntos ante el Barcelona, otros 2 frente al Laboral Kutxa, 6 contra el Andorra y ninguno ante el Madrid. El pasado domingo sólo participó 11 minutos, y nunca dio la sensación de estar implicado.


En el caso de Jelovac, los inconvenientes son otros. Su amplitud de recursos ofensivos son incuestionables, tal y como delantan las estadísticas. Sin embargo, sus distracciones defensivas son permanentes, y suele hacer más cosas para sí mismo que para el equipo. En ocasiones, su anarquía y su dejadez representan un lastre muy pesado en el rendimiento del grupo.