MOTONÁUTICA

Aloguín, el piloto inoxidable

Juan Aloguín, en acción esta temporada.
Aloguín, el piloto inoxidable
heraldo

zaragoza. Lleva 20 años en los que se ha mojado en aguas dulces y saladas. Pero el contacto con el líquido elemento no ha terminado de oxidar sus ganas por subirse a una moto, encadenar derrapajes y volar a toda velocidad por ríos, pantanos, embalses o mar abierto. Le faltaba una ría, aunque este fin de semana Juan Aloguín va tener la oportunidad de correr en una. La ría del Nervión se transforma hoy en un circuito de velocidad; alrededor del Puente Colgante de Portugalete, 16 pilotos de talla internacional, entre los que se encuentra el aragonés, demostrarán su calidad en una competición que promete dar espectáculo. Es la European Jetski Challenger, una competición de carreras de velocidad con motos acuáticas, cuyos promotores no han dudado en llamar al veterano y experimentado deportista, que encadena una temporada que califica de "maravillosa". "La verdad es que estoy muy ilusionado con esta prueba, y emocionado porque hayan contado conmigo. La constancia durante la campaña se plasma en los buenos resultados y se confirma con las internacionalidades", resalta.

Con 51 años, Aloguín es un trotamundos de un deporte que vive con auténtica pasión. "Esto es mi vida", reconoce. Pese a no tener un lugar para entrenar -"solo pido un espacio en el Ebro o en un pantano de mi Comunidad; es muy triste tener que ir a Sagunto o a Amposta a prepararse", se lamenta-, los resultados están ahí: plata en el Campeonato de España de Invierno y en la Copa del Rey, segundo en el Nacional de verano (a falta de una prueba) y séptimo en la pasada cita del Europeo en Portimao (Portugal). "Si tuviera alguna ayuda más que me permitiera poder aumentar la potencia de mi moto, no me quiero imaginar lo que podría hacer", avisa. Pero su Bombardier de 255 caballos, empapelada con las cuatro firmas que apuestan por su coraje (Studio 53, Cajalón, Windwater y La Boheme) se codea con honor con máquinas que casi doblan su potencia. "Empecé hace 20 años cuando vino a España la primera moto de agua, y ahora se da la paradoja de que actualmente corro con los hijos de algunos de los pilotos que empezaron conmigo", comenta entre risas Aloguín, que hoy en Bilbao no se arrugará a la hora de entrar en las boyas.