Más de 300 jugadores del fútbol base del Ebro no pudieron presenciar el partido

Los más de 300 jugadores del fútbol base del CD Ebro no pudieron presenciar la victoria ante el Real Murcia en la tanda de penaltis en el partido de la segunda ronda de la Copa del Rey por la precaución que tenían los dirigentes de la entidad arlequinada de sobrepasar el aforo de 500 personas, como máximo, que son las que se pueden asistir al partido sentados en las gradas por normativas de la RFEF en estas competiciones nacionales.

Todo esto sucede desde esta temporada al retirar la gradas que tenían alquiladas el club a una empresa privada con una capacidad total de unos 1.200 asientos, con el compromiso del Gobierno de Zec de colocar unas nuevas supletorias tras la aprobación en los presupuestos municipales esta partida, con un coste para las arcas municipales de 60.000 euros.

El cabreo de los directivos del CD Ebro era considerable, porque en muchas ocasiones durante los partidos de liga de la temporada necesitan que el equipo esté arropado por todos los jugadores y familiares del club, haciendo sucesivos llamamientos por parte de la entidad.

Son más de un centenar de chicos y familiares los que acuden domingo tras domingo a presenciar los encuentros. Además, la seguridad privada contratada por el club hacía especial hincapié en que los aficionados ocupasen sus asientos, con el consiguiente cabreo de algunos de ellos que estaba en la zona del bar.

Ante el Real Murcia pasaron por los tornos 450 personas, por lo que si hubieran invitado a los jugadores de la entidad, se hubieran quedado fuera prácticamente la mayoría de ellos.

Igualmente, la deficiente iluminación del terreno de juego para acoger eventos de estas características, a pesar de que la hora del partido fue a las (18.00), con la prórroga y los lanzamientos de penaltis la visibilidad era muy justa, en un día como el pasado miércoles donde lució el sol toda la tarde y hacía una tarde de verano.

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