La mejor receta para el trancazo de la SD Huesca

Ni cábalas ni probatinas. La permanencia del cuadro azulgrana pasa por volver al juego mostrado hasta hace apenas un mes: solidez como bloque y confianza ciega en el plan de Antonio Hidalgo.

Antonio Hidalgo, durante una sesión en la Base Aragonesa de Fútbol.
Antonio Hidalgo, durante una sesión en la Base Aragonesa de Fútbol.
SD HUESCA

Caer en la misma piedra una y otra vez. Es lo que le está sucediendo a la SD Huesca y, también, lo que suele ocurrir cuando se hacen cábalas con los resultados para lograr la permanencia. Al final, siempre lo mismo: acaba pasando lo que menos se espera. No suele dar buen resultado construir un esquema de resultados en vistas a los cuatro encuentros que restan, más todavía conociendo la categoría y a un equipo que ya ha sacado partidos complicados a lo largo de la temporada.

Las cuatro derrotas en serie obligan al cuadro oscense a lanzarse a por los tres puntos en cada una de las cuatro finales que tiene por delante, donde sea y contra quien sea. Pero para que eso ocurra, deberá regresar a su nivel competitivo, con la virtud del orden cuando no se dispone del balón y la carencia de la efectividad. Recuperar la confianza y continuar creyendo firmemente en la apuesta de Antonio Hidalgo es el primer paso -y más importante- para cambiar el signo de los últimos resultados.

Sea o no por la manera en que murió el último partido, no estará fuera de los planes de del técnico azulgrana comenzar el próximo partido en Elche (domingo, 21.00) con cambios en alguna de las tres líneas -si no en todas-, e incluso una modificación del dibujo. Y no porque no funcionara la apuesta revolucionaria en el once inicial frente al Oviedo -que incluyó hasta seis novedades-, sino porque se vino abajo el principal cimiento del equipo: la solidez defensiva y, en segundo orden, el equilibrio con y sin el esférico.

Resulta fundamental tratar de mantener la cabeza en su sitio, confiando en las posibilidades, siendo consciente de que hay otros cuatro equipos por debajo y creyendo más que nunca en la idea del míster. Al menos, hasta la jornada 42, no le va a faltar crédito a Hidalgo para dirigir el barco, pues de su mano ha llevado a un grupo a mantenerse invicto durante once partidos consecutivos, ocho de ellos sin encajar gol. Aquello significó una huida del descenso que todavía perdura -por un punto- y, sobre todo, una racha que le ha ofrecido verdaderas garantías para pelear la permanencia.

Responsabilidad de Antonio Hidalgo también es que la defensa vuelta a contagiar al resto de bloque los síntomas de personalidad, firmeza y seguridad, sin importar el rival y el lugar. Mínimas concesiones en la zaga, con las líneas cerradas para contener las acometidas del rival y reducir sus opciones con balón. Es el ingrediente principal del equipo que se ha esfumado en el último mes de competición.

Sin dejar a un lado la falta de efectividad que, si bien es cierto que era un aspecto en el que existía cierta mejoría, ha vuelto a sus cotas más bajas, después de haber anotado tan solo dos tantos en los últimos cinco compromisos. Todo ello queda ligado al infructuoso resultado que están arrojando las últimas variaciones por las que está apostando el técnico en los pasados encuentros.

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