El Pamesa Teruel saltará este jueves a la cancha del Akaa Volley de Finlandia (17.30) en busca de una hazaña para darle la vuelta a la eliminatoria de cuartos de final de la Challenge Cup europea, que tiene muy cuesta arriba tras haber encajado en el partido de ida de Los Planos un contundente 0-3. Pero el conjunto turolense no arroja la toalla y apela a la tendencia ascendente en el juego desplegado en último tramo de la liga –arrolló al CV San Roque el pasado sábado– y al recuerdo de la eliminatoria disputada frente al Panathinaikos griego en la Challenge y en la misma ronda en 2002, cuando logró remontar el 3-0 de la ida, aunque, finalmente, perdió el set de oro y quedó eliminado.

Si el conjunto naranja logra la difícil empresa de ganar 0-3 o 1-3 al Akaa a domicilio, se disputará un set de oro de desempate que decidirá quién pasa a las semifinales, lo que sería un logro histórico para el Pamesa, que nunca antes ha llegado tan lejos en la escena continental. Los turolenses, que están desde ayer en Finlandia adaptándose a la cancha del Akaa, se han tropezado con un clima gélido, con temperaturas de 20 grados bajo cero. Todos los jugadores de la plantilla están disponibles, salvo el lesionado Víctor Méndez.

El entrenador del Pamesa, Maxi Torcello, admite que en el choque de la ida los finlandeses superaron al cuadro naranja «en todo momento», pero afirma que el nivel de juego desplegado por los anfitriones no fue el habitual y que pueden competir con los escandinavos "de igual a igual". Se muestra convencido de que el Pamesa tiene opciones de ganar al Akaa en casa y de superar la ronda, lo que sería un logro "increíble" para el club.

Adelanta que el Pamesa tratará de explotar las debilidades del Akaa y también las facetas del juego en las que los naranjas pueden ser incluso superiores, como la recepción. Además, deberán cuidar el saque para no cometer tantos errores como en la ida y frenar los contundentes ataques del opuesto nórdico, Smidl. "Tenemos mucha fe en nuestras posibilidades", remachó Torcello.

Pero el entrenador no se llama a engaño, y advierte de que el choque será "muy exigente" y el Pamesa tendrá que estar concentrado "al 100%" para plantar cara al rival. La clave reside, a su juicio, en la "actitud". "Tenemos que seguir peleando, aunque nos saquen unos puntos y nos veamos abajo en marcador. Lo más difícil será encontrar buenas sensaciones y vernos en situación de ganar para cobrar confianza." 

Si el partido termina con un 0-3 o un 1-3 y se decide en el set de desempate, el Pamesa tendrá un pie en semifinales porque habrá llegado "reforzado" al momento deciviso.