El Tiro de Pichón cumple 75 años: un oasis abierto a Zaragoza
El club zaragozano llega a su aniversario con gran salud y con el objetivo de seguir abriéndose a la ciudad.
Su presencia a menudo pasa desapercibida para el zaragozano medio. Enclavado entre la avenida de La Almozara y el Ebro, el Tiro de Pichón es un oasis de paz en la ciudad. Y a la vez, es historia viva de Zaragoza. Ha pasado por momentos duros, pero ahora cumple 75 años en plena forma y con el objetivo de ser una entidad cada vez más abierta a la capital aragonesa.
El club lo ha celebrado este jueves con un acto al que han acudido las principales autoridades de Zaragoza y de Aragón, así como invitados, socios, patrocinadores… Se ha reconocido a los expresidentes vivos y a los socios de honor, para acabar brindando con un vino por otros tantos años más.
Un cuarto de siglo después, las cosas han cambiado mucho, tanto en la sociedad zaragozana como en el propio club. El Tiro de Pichón nació a finales de los años 40, cuando un grupo de tiradores sintió la necesidad de tener unas instalaciones adecuadas en Zaragoza. “Eran zaragozanos de renombre y buena posición social. Eran tiradores, un deporte que nació en la aristocracia de Inglaterra y se expandió hasta el sur de Europa”, señala José María Manrique, actual presidente de la entidad. Aunaron fuerzas y adquirieron un terreno en los montes de Torrero, que poco tiempo después intercambiaron con el Ayuntamiento por los actuales suelos en el Soto de la Almozara. El club abrió en 1948 bajo la presidencia de Miguel Mantecón Arroyo.
El Tiro de Pichón empezó a organizar tiradas, algunas de repercusión nacional. Las instalaciones se fueron completando con piscina, canchas de tenis, frontón, campo de fútbol, pista polideportiva, y se empezó a reunir a la flor y nata de la sociedad zaragozana. “Era el lugar en el que había que estar”, cuenta Manrique. Poco a poco se fue fomentando que se acercaran las familias, que fuera un lugar de encuentro y de reunión, no solo de tiro. “Por entonces era un club de elite, cerrado. Aún tenemos algo de fama de eso, pero está alejado de la realidad”, apunta su actual presidente.
En efecto, el Tiro de Pichón se ha abierto a la sociedad zaragozana. El tiro, que tras ser de pichón fue de plato, poco a poco fue perdiendo fuerza en las instalaciones, y desapareció definitivamente en 1995. Desde entonces, no se tira en La Almozara. Antes, el club tuvo problemas económicos serios, épocas convulsas en las que incluso hubo que ejecutar los créditos hipotecarios adquiridos. Se temió incluso por la viabilidad del proyecto, que encontró competencia en La Peñaza y en el Casino Montesblancos.
Poco a poco, el club se recuperó hasta encontrar su sitio en la ciudad. “El ADN del club es la familiaridad, la concordia, la convivencia… Poco a poco fue cambiando el perfil del socios irrumpieron otros deportes como el tenis o el fútbol. Pasó a ser un club social y deportivo”, cuenta José María Manrique. El deporte ha sido siempre esencial, con tiradores como Juan José Sánchez, Ana Pallarés, Gemma Usieto, Francisco Pérez Jiménez, José Luis Alonso, María Delgado… Y más recientemente, en sus pistas de pádel empezó a jugar una tal Majo Sánchez Alayeto. “En tres partidos ya no había quien la parara”, recuerda el actual presidente del club.
La gran transformación del Tiro de Pichón llegó en 2021, con una nueva gestión que tiene una visión “más empresarial” y también “más abierta”, en la que se trata de demostrar una responsabilidad social. “Damos becas a chavales de los colegios, vienen a dar clases de tenis… deseamos que haya una apertura del club”, señala Manrique.
La salud económica de la entidad es buena, con 350 personas en lista de espera para entrar. Eso garantiza que, 75 años después, el futuro del Tiro de Pichón esté garantizado. Que ese lugar en el que los Magníficos del Real Zaragoza iban a jugar a tenis seguirá teniendo actividad a las orillas del Ebro.
