La ausencia de ilustres que dejan huella acentúa el declive de un torneo huérfano de galácticos

La Liga echará de menos a emblemas como Benzema, Busquets, Alba, Joaquín, Silva o el árbitro Mateu Lahoz.

Benzemá, manteado por sus compañeros
Benzemá, manteado por sus compañeros
Efe

Unos que llegan y otros que se van, la vida sigue igual. La temporada asoma con algún diamante como el inglés Jude Bellingham en el lujoso escaparate, pero, más bien, huérfana de algunas figuras emblemáticas que lo han sido todo en el futbol español y cuya ausencia provocará un enorme vacío. A falta de nuevos valores que lo demuestren, a día de hoy el campeonato español es más noticia por las estrellas que ha perdido que por las que se añaden a un torneo en horas bajas desde hace tiempo, aunque siempre tiene el aliciente universal de la lucha entre los dos colosos.

En el plano deportivo, España pierde a todo un Balón de Oro, un delantero que no solo marca sino que con sus movimientos, destreza y calidad técnica mejora a sus compañeros. Karim Benzema puso rumbo a Arabia Saudí con 35 años, tras ganarlo todo como madridista en 14 campañas. Aterrizó procedente del Olympique de Lyon en 2009 y disputó 648 partidos en el conjunto merengue, con 354 goles y 165 asistencias. Es uno de los grandes de todos los tiempos, con cinco Champions y cuatro Ligas, entre otros muchos galardones. Tras perder primero a Cristiano Ronaldo y luego a Leo Messi, el campeonato español se queda sin su tercera gran figura, con permiso de Lewandowski.

Pierde también el equipo de Carlo Ancelotti, y por ende la Liga, a Marco Asensio, el jugador intermitente de los zurdazos prodigiosos que se ha decantado por los petrodólares cataríes del PSG, y a Eden Hazard, que pasó por Chamartín y la Liga con más pena que gloria, casi como un exfutbolista.

Un cerebro único

En el otro lado, ver a un Barça sin Sergio Busquets y Jordi Alba ya fue extraño durante la pretemporada. El centrocampista y capitán azulgrana, en el club desde 2006, dio un paso al costado a sus 34 años después de 722 partidos como blaugrana, de ellos 481 de Liga, desde su estreno con la primera plantilla en el curso 2008-09. Nada menos que nueve títulos de Liga le distinguen, al margen de tres Champions y siete Copas del Rey, además de otros trofeos menores.

Busi ya comparte vestuario en el Inter Miami con Leo Messi y también con Jordi Alba, el lateral zurdo que dejó el Barça después de diez temporadas como azulgrana, tras su paso por el Valencia. A sus 34 años, disputó 459 encuentros como jugador culé, con una Champions, seis Ligas y cinco Copas del Rey en sus vitrinas. Si con Busquets se van el orden, el equilibrio y la táctica, Alba nos deja sin esa capacidad para irrumpir por sorpresa y de forma decisiva por el costado izquierdo. Dos puntales, santo y seña del barcelonismo, sin un reemplazo sencillo. Sobre todo el cerebro de Badia, uno de los mejores mediocentros de la historia.

En la Real Sociedad están tristes. Se despidió Asier Illarramendi, ese capitán que encontró en su tierra el abono para triunfar que no halló en el exigente, mediático e hiperbólico Real Madrid, y a última hora dijo adiós el grancanario David Silva, con 37 años. Una desgraciada rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda en un simple entrenamiento de pretemporada anticipó al menos un año la retirada de un mito, protagonista de la edad de oro de la selección española y brillante en el Valencia, Eibar, Celta y City antes de enamorar en Anoeta. Sin Silva, la Liga se queda sin otro clásico, una estrella de fama universal y seguidores por todo el mundo.

Pierde clase y gracia

Por su carácter, su gracia y liderazgo, al que más se echará de menos es a Joaquín, santo y seña del beticismo y un tipo muy querido en todos los campos. El centrocampista de El Puerto de Santa María colgó las botas a pocos meses de cumplir los 42 años con 488 partidos a la espalda con su equipo del alma y un total de 622 en la Liga. Con los verdiblancos debutó en el año 2000, marchándose en 2006 rumbo al Valencia cinco años en los que también dejó una huella enorme, y uno al Málaga. Tras brillar dos cursos más en la Fiorentina, volvió a su Benito Villamarín en 2015 para seguir haciendo historia. Con los béticos, que también añoran ya al cántabro Sergio Canales, emigrante a México porque la oferta de los Rayados de Monterrey era irrechazable, Joaquínlevantó dos veces la Copa del Rey.

El árbitro más mediático

Los árbitros nunca deben ser protagonistas, pero el caso del mediático Mateu Lahoz es diferente. Por su forma de arbitrar, antes dejando jugar y en los últimos tiempos abusando quizá de las tarjetas y de las charlas con unos y otros por momentos desesperantes, el valenciano nunca pasó desapercibido. Colgó el silbato tres lustros después de debutar en Primera y tras dirigir 287 partidos en la máxima categoría. Fue seleccionado, además, para los Juegos Olímpicos de Río en 2016, la Eurocopa de 2020 que coronó a Italia en Wembley y las Copas del Mundo de Rusia 2018 y Catar 2022.

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