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Rugby en silla de ruedas, un deporte en auge que en Aragón abandera el CD Adapta

En España hay nueve equipos y en el de Zaragoza juegan diez personas, todas ellas con al menos tres extremidades gravemente afectadas.

Equipo de rugby en silla de ruedas del CD Adapta
Equipo de rugby en silla de ruedas del CD Adapta
Francisco Jiménez

El rugby en silla de ruedas (RSR) nació en Canadá, en 1979, pero tardó décadas en llegar a España. Los primeros equipos surgieron en Madrid y Barcelona y en tercer lugar, el CD Adapta formó su propio conjunto en Zaragoza. Actualmente, nueve clubes compiten en esta disciplina en el país que está en auge entre el colectivo de personas con discapacidad. 

Para poder competir en este deporte, los jugadores deben tener como mínimo tres de sus extremidades gravemente afectadas. Por eso, muchos de quienes ahora juegan a rugby vienen del baloncesto adaptado. “Allí encontraban dificultades cuando tenían que subir el balón. En rugby se pasa hacia adelante”, apunta Marisa García Lacal, presidenta y fundadora del CD Adapta. Este es, además, un deporte mixto ya que por el momento no hay tantas mujeres que lo practican como para tener equipos solo femeninos. 

Marisa García Lacal, presidenta y fundadora del CD Adapta: “No hay apenas contacto de cuerpo pero sí mucho de silla. Por eso, uno de los problemas de este deporte es la cantidad de material que se necesita y lo que cuesta

Otra de las características del RSR es que el balón no es el típico ovalado del rugby común. En este caso, para facilitar el agarre por parte de unos jugadores que habitualmente tienen movilidad reducida en manos y brazos, se juega con una pelota de voleibol. Además, hay algunas normas del balonmano, como que los pases han de ser en estático, y los tantos se anotan como se conoce, pasando sobre una línea entre dos postes. 

El campo, en esta disciplina, es una cancha de baloncesto y las sillas de ruedas con las que se juega son especiales. Los jugadores con menor discapacidad llevan las atacantes, que son sillas deportivas en cuya parte delantera, donde van los pies, hay un círculo metálico con una chapa de refuerzo. Los de mayor discapacidad llevan las defensivas, que en dicha parte llevan lo que se conoce como grilla, una pieza con forma de tenedor largo que sale y defiende

“No hay apenas contacto de cuerpo pero sí mucho de silla. Por eso, uno de los problemas de este deporte es la cantidad de material que se necesita y lo que cuesta”, explica García Lacal. En concreto, una silla deportiva de las que se emplean en RSR cuesta un mínimo de 4.500 euros. “En cada entrenamiento y partido se dan muchos cambios de cámaras de aire, porque explotan de los golpes, o de radios que se estropean”, añade. Esto significa que, además de material, en el rugby en silla de ruedas también se necesita un amplio equipo técnico. “En esta modalidad no puede estar solo un técnico, sino que requiere también un auxiliar de entrenamiento, un auxiliar de material y también auxiliar de ayuda física, que asiste al jugador, por ejemplo, a la hora de pasar de su silla habitual a la deportiva”, explica. 

En Aragón, el único equipo que juega a este deporte es el del CD Adapta. Es uno de los nueve conjuntos que compiten en toda España y lo integran actualmente 10 jugadores con edades entre los 18 y los 45 años, aproximadamente. El de Zaragoza está en el Grupo Norte y acude a cuatro concentraciones cada temporada porque en RSR, al ser pocos equipos, no hay una liga al uso. Así, este año, los rivales son dos equipos de Cataluña y uno del País Vasco. En el otro grupo, el sur, juegan grupos de Toledo, Madrid, Sevilla y Valencia.

“El CD Adapta es una asociación deportiva diferente porque no nos centramos solo en un deporte. Hay muchas áreas, también la de formación y la educativa"
Entrenamiento del equipo de rugby en silla de ruedas del CD Adapta de Zaragoza.
Entrenamiento del equipo de rugby en silla de ruedas del CD Adapta de Zaragoza.
Francisco Jiménez

“En los últimos años ha dado frutos porque solemos quedar segundos o terceros a nivel nacional. Además tenemos varios jugadores internacionales, como Unai Gonzalvo y Edgar Escolán, que juegan con la selección española y han competido en encuentros a nivel europeo”, explica la presidenta. El último triunfo fue hace unas semanas, cuando el equipo aragonés se hizo con el bronce en el Campeonato de España por Autonomías, celebrado en Córdoba.

Más de 40 años de trabajo y ahora creando escuela

En los últimos años, en el deporte adaptado se está produciendo un cambio de tendencia. “Antes lo más habitual era que quienes empezaban a jugar a estas disciplinas fueran personas de edad más avanzada pero ahora estamos empezando a crear escuela. Gracias a la colaboración de los colegios, las Ampas y otras instituciones se va consiguiendo que la andadura comience desde niños”, explica García Lacal. 

El club que preside lleva 42 años centrado en la discapacidad física y motora. Actualmente cuenta con unos 340 usuarios, entre rugby, baloncesto, natación (que es la sección con más deportistas), billar, yoga y pilates. También tienen un área de fisio especializada sobre todo en prevención y en temas neurológicos. “Es una asociación deportiva diferente porque no nos centramos solo en un deporte. Hay muchas áreas, también la de formación y la educativa, a través de la que vamos a centros escolares con campañas de sensibilización, y también se trabaja en el campo de la investigación”, explica la fundadora. 

“En el resto de las Comunidades Autónomas los gobiernos tienen partidas presupuestarias de cifras importantes porque valoran el rugby en silla de ruedas tanto como deporte como por su valor social. Pero en Aragón el tema está muy precario"

La reivindicación siempre ha formado parte de la historia de este club y, en el caso concreto del rugby, se pide a las instituciones que lo valoren en su justa medida. “En el resto de las Comunidades Autónomas los gobiernos tienen partidas presupuestarias de cifras importantes porque valoran el rugby en silla de ruedas tanto como deporte como por su valor social. Pero en Aragón el tema está muy precario”, señala. Esto se hace extensivo al resto de áreas deportivas. “En el baloncesto, el Gobierno de Aragón concedió para esta temporada 2.700 euros y en el resto de España, suelen dar entre 40.000 y 50.000 euros. Esas son las cifras más normales”, añade. 

Además de los gastos de material y de personal, en RSR, cada concentración (son cuatro o cinco anuales) cuesta al club unos 4.000 euros. “Cada viaje son dos días, sábado y domingo, y se juegan tres partidos. Además del desplazamiento, hay que sumar el alojamiento, que no es barato ni fácil de encontrar, porque necesitamos hoteles accesibles; y la manutención”, describe García Lacal. “La última vez que tuvimos que viajar a Sevilla miramos la opción de ir en AVE pero en cada tren solo hay dos plazas para silla de ruedas. Además, las sillas deportivas se tendrían que haber llevado en furgoneta, porque en el Ave no hay vagón de carga”, explica. “A estas alturas, en 2023, -añade- es algo que Renfe debería contemplar”. 

“El deporte es una gran herramienta que no solo sirve para moverse sino también para que la vida tenga una nueva ilusión y entrar en nuevas dinámicas”
Entrenamiento del equipo de rugby en silla de ruedas del CD Adapta de Zaragoza.
Entrenamiento del equipo de rugby en silla de ruedas del CD Adapta de Zaragoza.
Francisco Jiménez

Durante 30 años, el CD Adapta era parte de la obra social de CAI pero cuando la entidad financiera desapareció, el club se quedó sin la que era su principal ayuda económica. Por eso, parte de la labor de la entidad es hablar con empresas y dar a conocer su trabajo para encontrar patrocinios que ayuden a seguir adelante. “Creemos en lo que estamos haciendo y sabemos que tiene una importancia grandísima. Nos gusta aportar esa visión de deporte para todos y con todos porque el deporte es salud y es inclusión, y la actividad física deportiva ha sido siempre nuestra bandera”, defiende. 

Todas las actividades relacionadas con el agua se ofrecen el CDM Alberto Maestro y en el Siglo XXI de Zaragoza. Por otro lado, los deportes de pabellón y las sesiones de gimnasio son el CDM José Garcés. Por estas instalaciones pasan niños con cáncer, personas amputadas, con parálisis… “El deporte es una gran herramienta que no solo sirve para moverse sino también para que la vida tenga una nueva ilusión y entrar en nuevas dinámicas”, concluye.

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