Colombofilia: el arte de volver a casa

Este deporte se encuentra en pleno crecimiento en Aragón. En las dos últimas décadas, el número de aficionados se ha multiplicado por 10.

Imagen de archivo de una paloma mensajera.
Imagen de archivo de una paloma mensajera.
Juan Carlos Arcos

Los orígenes de la colombofilia -arte de criar y adiestrar palomas para convertirlas en mensajeras- se remontan a la Edad Antigua. Hace más de 2.000 años que se tiene constancia de la capacidad de orientación de esta ave, utilizada en las civilizaciones fenicias, egipcias, griegas o romanas como sistema de comunicación secreta, fundamental para la estrategia de los conflictos bélicos.

Prueba de ello es que en 1815 fue una paloma la que anunció la derrota de las tropas de Napoleón en la batalla de Waterloo. Poco después, el 15 de junio de 1820, los Países Bajos albergaron el primer concurso colombófilo de la historia y, a partir de ahí, esta práctica se extendió por el resto de Europa a modo deportivo.

En nuestro país, la Real Federación Española tutela a las delegaciones territoriales, cuyos clubes están obligados a competir bajo la normativa nacional. Canarias y Baleares son las comunidades de mayor tradición y recorrido. Aragón, por su parte, se encuentra en pleno crecimiento.

“En las dos últimas décadas hemos multiplicado por 10 el número de licencias. En 2000, los tres clubes de la Comunidad (Sociedad Aragonesa, Pirineos y Alas Mudéjares) sumaban seis socios; mientras que en la actualidad hay un total de 62 inscritos”, explica Jaime Ameller, secretario de la Federación Colombófila Aragonesa, antes de pasar a explicar los entresijos de esta afición.

“La paloma es una especie monogámica que muestra interés por volver a casa junto a su pareja. Además, posee un conjunto de cualidades -vista, olfato, detección de campos magnéticos y longitudes de onda- que la hacen singular. Todo eso, sumado a la preparación atlética a la que es sometida desde que tiene alrededor de un mes, le permite volar unos 1.000 kilómetros casi del tirón”, prosigue este apasionado de la naturaleza que ejercerá de juez en el próximo campeonato de Aragón.

 Mapa del plan de sueltas para la temporada 2019 en Aragón.

Entre el 3 de marzo y mediados de noviembre de 2020, se desarrollarán pruebas desde La Almunia, Calatayud, Guadalajara, Aranjuez, Sevilla, Olivenza o Melilla. “Es como una carrera ciclista. Las llevamos hasta allí con los camiones, que contienen jaulas homologadas, y ellas regresan a su punto de origen”, señala Ameller, y aclara que “cada ejemplar lleva instalado un chip para determinar, en metros por minuto, sus resultados”.

Los grandes peligros

Por desgracia, no todas las palomas vuelven sanas y salvas a su hogar. Los participantes se arriesgan a perder varias en el trayecto. “El halcón peregrino y el azor son los grandes peligros. Habría que controlar el exceso de rapaces; es una lucha que mantenemos con las administraciones desde hace tiempo”, valora Ameller, convencido de que otro avance sería permitir que todos los palomares tuviesen su núcleo zoológico y estuviesen legalizados. Sin embargo, el Ayuntamiento de Zaragoza no lo permite en zona urbana.

Un deporte exigente

La colombofilia es un deporte exigente, que requiere dedicación los 365 días del año. Los animales son preparados como si fuesen atletas, con todos los cuidados que eso conlleva. “Cada aficionado tiene entre 80 y 100 palomas. Es importante controlar la alimentación y el estado de forma de cada una. Yo, personalmente, las entreno una hora cada jornada. Las saco de casa para que hagan el ejercicio correspondiente”, indica Ameller, y concluye adelantando que “próximamente se van llevar a cabo distintas campañas en Zaragoza para que los más pequeños se inicien”.

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