Unas Olimpiadas para el recuerdo

El medallero pasó a un segundo plano en unas jornadas de deporte e inclusión.

Ceremonia de clausura celebrada ayer en el Palacio de Deportes de Zaragoza.
Ceremonia de clausura celebrada ayer en el Palacio de Deportes de Zaragoza.
Raquel Labodía

La ceremonia de clausura del Campeonato de España de Atletismo indoor para personas con discapacidad intelectual, celebrado a lo largo del fin de semana en el Palacio de Deportes de Zaragoza, colocó este domingo la guinda final a una competición inclusiva y ejemplar.

Jornadas que pusieron en valor la amplitud de capacidades que los cerca de 200 deportistas demostraron durante las series y pruebas disputadas. El desfile de medallas, lucidas con orgullo y acompañadas por una sonrisa, cerraron con ovaciones y fotografías este evento de gran acogida en la capital aragonesa.

Junto a los atletas, también fueron protagonistas los más de 150 voluntarios, actores de un papel fundamental en el desarrollo de cada prueba y en la atención a los participantes. Un apoyo constante que merece su reconocimiento, como es el caso de los entrenadores, padres deportivos y complemento moral en cada carrera, lanzamiento o salto. El abrazo y el gesto de cariño tras cruzar la meta, independientemente de las posiciones conseguidas por sus pupilos, fue la imagen más destacada del acontecimiento.

El último día contó con la asistencia del Concejal de Vivienda y Deportes del Ayuntamiento de Zaragoza, Pablo Híjar; el presidente de Special Olympics España, Miguel Sagarra y el presidente de Special Olympics Aragón, David Berrueco, un representante de Plena inclusión Aragón, Jose Antonio Mora, y de los patrocinadores y colaboradores del campeonato.

Todos ellos coincidieron en la importancia de la realización de este tipo de campeonatos de carácter solidario y deportivo. Una vez más, los valores de la actividad física definieron la línea a seguir para acabar con los prejuicios y romper las barreras en favor de la integración. Como nota destacada, quedó reflejado el significado del logo de Special Olympics Aragón, que está conformado por cinco personas que de la mano, dibujan una circunferencia. Para ello, fueron llamando a un deportista con discapacidad intelectual, situado en el centro del círculo, un familiar, un entrenador, un voluntario y un miembro de una empresa colaboradora. Los cuatro últimos, formaron con sus manos una silla, sobre la que se sentó el deportista y fue levantado sobre el suelo.

Una exhibición emotiva que acabó con la bajada de la bandera Special Olympics que presidió el pabellón, dando voz a todas aquellas personas que a menudo quedan en la sombra cuando se ponen en marcha este tipo de iniciativas. El resultado quedó en un segundo plano porque lo importante fue la experiencia vivida, que no se olvidará con facilidad.

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