Nadal ayuda escoba en mano y ofrece su centro deportivo a los afectados

El tenista español Rafa Nadal ha ofrecido las instalaciones de su centro deportivo en Manacor para "todos los afectados que necesiten alojamiento" tras las inundaciones en Mallorca.

"Tal y como hicimos ayer, volvemos a ofrecer este miércoles las habitaciones del Rafa Nadal Sport Centre y de la Rafa Nadal Academy para todos los afectados que necesiten alojamiento", ha comunicado el jugador en sus redes sociales.

Nadal, que vive en Porto Cristo, a once kilómetros de Sant Llorenç, ha querido mostrar sus condolencias a los damnificados por las riadas, que han dejado cinco fallecidos y, de momento, nueve personas desaparecidas.

"Hoy es un día triste. Nuestras más sinceras condolencias a los familiares de los fallecidos por las graves inundaciones de Sant Llorenç", ha expresado.

Pero no solo eso, el deportista también ha cogido una escoba y ha ayudado a achicar agua de locales y casas inundadas. El número uno del mundo, provisto de una pala y ropa adecuada para los trabajos de retirada de barro y escombros, ha sacado agua de varias casas dañadas por la intensidad de la riada que afectó a esta localidad y que ha supuesto la muerte de al menos diez personas.

El deportista ha interrumpido los entrenamientos que realiza desde el pasado lunes tras la lesión en la rodilla derecha que le obligó a abandonar en las semifinales del US Open ante el argentino Juan Martín del Potro para sumarse a las tareas de socorro a las víctimas del temporal.

Nadal vive en Manacor, a muy pocos kilómetros de Sant LLorenç des Cardessar, y la tormenta se desencadenó pocas horas después de que su tío, Toni, presentará en la academia el nuevo formato del Campeonato de España de Tenis junto al presidente de la Real Federación Española de Tenis, Miguel Díaz.

El centro deportivo del tenista ya alojó anoche cerca de cincuenta personas, que acudieron tras las intentas lluvias y el desbordamiento del torrente de la localidad de Sant Llorenç. Algunos han regresado este miércoles a sus hogares para evaluar los daños causados, pero las puertas del centro siguen abiertas para quien lo necesite.