El Pirineo, testigo privilegiado del desenlace del Tour de Francia 2018
Entre martes y viernes, se disputarán cuatro etapas que bordearán la Comunidad y a la que se desplazarán un buen número de aficionados. Los atractivos finales de Laruns (19ª etapa) y del Portet (17ª), muy accesibles.
El Tour de Francia 2018, la prueba ciclista por etapas más prestigiosa del mundo, rozará Aragón. Hasta cuatro etapas de la ronda francesa -desde la decimosexta hasta la decimonovena, es decir, desde mañana martes hasta el viernes - se disputarán a apenas unas decenas de kilómetros de los Pirineos aragoneses. Serán jornadas decisivas en las que se decidirá el ganador de la 105 edición de la 'Grande Boucle'. Quedará por ver si al primero de la general, Geraint Thomas (Sky), le aguantan las fuerzas y culmina su rebelión contra el líder del equipo británico y claro favorito, Chris Froome. Apenas 1:39 separan a ambos.
La etapa que más se acercará a Aragón será la decimonovena, la encargada de cerrar el bloque de los Pirineos. Saldrá desde Lourdes y recorrerá 200,5 kilómetros para terminar en la localidad francesa de Laruns, a escasos 29 kilómetros de la frontera del Portalet. La distancia a la meta desde, por ejemplo, Formigal, se sitúa por debajo de los tres cuartos de hora en coche. Este dato incita a pensar que un nutrido grupo de aficionados de la provincia de Huesca, o destinos más alejados de nuestra Comunidad, no querrán perderse tan espectacular cita. Antes de la llegada, los ciclistas deberán subir el Aspin, el icónico Tourmalet (17 kilómetros al 7,3%) y el Col d´Aubisque, la última ascensión de la jornada (16,6 kilómetros al 4,9%). Tres colosos del Pirineo francés en la que será la última etapa de montaña del Tour. Un aliciente para pasarlo en grande el viernes 27.
Tres días antes, en la 16ª etapa, la carrera discurrirá por la localidad catalana de Bosost y por el puerto del Portillón, muy cerca de Viella (Lérida), a menos de 100 kilómetros en coche de Cerler. El pelotón saldrá de Carcassone y llegará, tras 218 kilómetros en sus piernas, a Bagnères de Luchon. Ese pequeño tramo de Lérida será el único que se dispute fuera de las fronteras francesas. Los últimos 60 kilómetros serán terribles para los corredores, pero deliciosos para los aficionados. Se encadenarán tres puertos para concluir en el Col du Portillon (8,3 kilómetros al 7,1%) y diez kilómetros de descenso hasta la meta, en Bagnéres de Luchon, también muy cerca de la frontera con Aragón.
El miércoles, la 17ª salida del Tour llevará a los corredores desde la propia Bagnères de Luchon hasta Saint-Lary-Soulan, en la que será la etapa reina de la competición y que apenas recorrerá ¡65 km! Será la etapa en línea más corta en décadas. Además, la salida contará con un atractivo extra: debido a la reducida distancia a recorrer ese día, se eliminará la clásica salida neutralizada. Los corredores partirán en una especie de parrilla de salida. El líder saldrá en primer lugar y los ciclistas que le sucedan en la general estarán separados por varios metros, de forma descendente.Se ascenderán el Peyresourde, el Peyragudes y el Val Louron-Azet antes de llegar al Portet (16 kilómetros al 8,7%), una cima inédita de 2.215 metros que se convertirá en el techo del Tour de la presente edición. Una joya que la 'Grande Boucle' quiere que arraigue entre los aficionados y se convierta en el nuevo Tourmalet. Para la ocasión, se han asfaltado los últimos kilómetros de subida. Desde Bielsa se llega en poco más de una hora al Portet, con menos de 50 kilómetros de carretera.
Algo más lejos quedan Trie-sur Baïse y Pau, las dos localidades entre las que discurre la 18ª etapa, de 172 kilómetros y de perfil llano. Aun así, siguen siendo zonas muy accesibles por carretera desde zonas de la Comunidad como Formigal, Astún, Canfranc o Candanchú.
