El australiano Nick Kyrgios cumplió con su condición de 15º cabeza de serie en Wimbledon con una victoria ante Denis Istomin, por 7-6 (3), 7-6 (4), 6-7 (5) y 6-3, y se ganó los aplausos del público al consolar a una de las recogepelotas tras haberla golpeado con un saque a 216 kilómetros por hora.

Semifinalista en Queen's ante el croata Marin Cilic hace dos semanas, donde protagonizó un lamentable espectáculo al simular que se masturbaba con una botella de agua, por lo que fue sancionado con 15.000 euros, el de Camberra tuvo un comportamiento muy diferente este martes en el All England Club donde fue el verdugo del español Rafael Nadal en el 2014.

El australiano golpeó con un tremendo saque en el brazo de la chica que abandonó la pista con gestos de mucho dolor. "Cuando escuché el sonido, pensé que había golpeado el marcador pero me di cuenta entonces que le había dado en el brazo. Comenzó a llorar pero se lo tomó como una campeona. Yo hubiera llorado, sin dudar", admitió Kyrios, que luego pidió perdón a la chica y le acompañó hasta la salida.

"Estoy en mejor lugar que el pasado año", bromeó luego. "Llegué a Wimbledon lesionado y en un estado mental lamentable. Estuve fuera del circuito durante dos meses y medio. Ahora he vuelto, estoy entusiasmado y ganando muchos partidos sobre hierba", advirtió Kyrgios.