Caza con arco: entre la ética y la adrenalina

La modalidad se ha convertido en tendencia entre los jóvenes y quienes priman la sostenibilidad y la selección del animal.

Escena de caza con arco.
Escena de caza con arco.
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La caza con arco, técnica casi tan antigua como el hombre, se ha convertido en tendencia entre los jóvenes y quienes priman la sostenibilidad y la selección del animal. El hecho de que se pueda comenzar a practicar en campos de tiro desde los cinco años, sumado al bajo desembolso que requiere, está atrayendo al público que se inicia en la actividad cinegética. Los veteranos, por su parte, buscan experiencias nuevas e intensas a través del acercamiento a la presa.

A diferencia de los cazadores convencionales, los arqueros disparan a menos de 30 metros de distancia. La flecha, fabricada en fibra de vidrio y con punta en forma de cuchilla, atraviesa el blanco con un corte limpio. Así, a pesar de que lo pueda parecer, el impacto es tan efectivo como el de una bala.

“El animal siente un fuerte pinchazo y poco después muere desangrado”, explica Antonio Martínez, delegado de caza con arco en Aragón, y destaca que “aunque esta modalidad cinegética ha sido vinculada históricamente al furtivismo, en los últimos años se está consiguiendo eliminar ese estereotipo”.

Comunidades como Andalucía o Castilla y León vienen impartiendo cursos de formación que enseñan los valores de la caza con arco. Aragón, según adelanta Martínez, también podría comenzar a hacerlo próximamente. “Cada vez hay más adeptos y eso se debe traducir en un aumento de la promoción de la actividad”, añade, y recuerda la importancia de que la sociedad conozca “en profundidad” cómo son las jornadas en el campo.

Todo empieza con la colocación de un cebo en forma de comedero; seguidamente se instalan cámaras trampa y, cuando un animal que merece la pena ha acudido varias veces a la zona, se acude a la espera para dispararle. “Estos lances tienen un trabajo previo exhaustivo y se descarga mucha más adrenalina que en una batida, por ejemplo. Otra diferencia está en que no se mata todo lo que entra; esperas el momento de la verdad y la cantidad de piezas importa menos”, valora Martínez.

Actualmente, por Aragón se reparten alrededor de 300 arqueros, pero lo más importante es la elevada demanda de jóvenes que quieren aprender. “Para salvaguardar el relevo generacional de la caza, el arco es fundamental. Gracias a las flechas, los chavales están volviendo la mirada hacia una actividad que, en muchos casos, está mal vista”, prosigue Martínez, antes de destacar que es un arma silenciosa que también se viene utilizando para el control de las plagas.

I Encuentro Nacional

Los días 14 y 15 de julio, en el Centro Integral de Estudios y Prácticas Cinegéticas de la Real Federación Española de Caza (Castillejo de Robledo, Soria), se celebrará el I Encuentro Nacional de Cazadores Arqueros. Lo organiza la Escuela Española de Caza y servirá para compartir experiencias y conocimientos sobre la actividad.

Estarán todos los delegados autonómicos de caza con arco, entre ellos, Antonio Martínez. “El lanzamiento de este evento es otra muestra más de cómo avanza este deporte. Uno de los aspectos a tratar será la creación del carné de arquero que acaba de lanzar la FEC con la Guardia Civil”, adelanta Martínez, en referencia a un documento que justificará ante las autoridades competentes la tenencia y el transporte de los arcos utilizados.

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