Carlos Sainz, ante su oportunidad de crecer

Por primera vez, pilotará para una escudería oficial, Renault. Los franceses están en plena reconstrucción para atacar en 2019 la cabeza.

Carlos Sainz prueba su nuevo coche en Barcelona.
Carlos Sainz prueba su nuevo coche en Barcelona.
Josep Lago/AFP

Hubo algo de sintomático en la cesión de Carlos Sainz Jr. a Renault el pasado mes de septiembre, en plena temporada, cuando los acontecimientos se sucedieron en la Fórmula Uno. Mediante ese acuerdo, unieron sus caminos dos proyectos con un gran potencial. ¿El pegamento? El deseo mutuo de alcanzar la gloria. La firma francesa no oculta sus planes para esta temporada: mejorar y asentarse entre los cinco mejores equipos del Mundial para poder luchar regularmente por los puntos. Un paso intermedio para optar a los podios y las victorias en el año 2019. Palabras mayores. La inversión que Renault está realizando en su fábrica (se habla de más de 100 nuevos empleados y otros tantos millones de euros) prueba que no van de farol. Sainz engrosará por primera vez en su carrera las filas de una escudería oficial. Una, además, en pleno crecimiento. Su periodo de acoplamiento al monoplaza debería reducirse respecto a los plazos ordinarios, ya que disputó los cuatro últimos Grandes Premios de 2017 en la estructura francesa: Estados Unidos, Brasil, México y Abu Dhabi. Pisa terreno conocido.

Renault venía posando los ojos en los últimos meses de la pasada campaña en el piloto de 23 años, cuyas destacadas actuaciones a bordo del limitado Toro Rosso (equipo filial de Red Bull) probaban su talento. Su cuarto puesto en el Gran Premio de Singapur dictó sentencia: Sainz se merecía un hueco en la nueva etapa de la marca en Fórmula Uno. Y los responsables del equipo no dudaron en bajar del monoplaza a Jolyon Palmer, pata coja de su dupla de pilotos. El tiempo se le agotó al británico para demostrar sus credenciales ante la pujanza del español. Los puntos que aportó este en su primer contacto con el Renault ayudaron a la marca a escalar hasta el 6º puesto del Campeonato de Constructores. Los galos fueron de menos a más a lo largo del año. Una clara mejora respecto a la 9º posición obtenido en el año 2016. Los objetivos marcados no sólo siguen una lógica. También se cumplen. Esta pretemporada, incluso han llegado los elogios para Renault. Y por parte de voces más que autorizadas para expresar su opinión. Toto Wolff, jefe de equipo de Mercedes, asegura que será la escudería que más mejore en 2018.

En un equipo en plena expansión que confía en su talento, Carlos Sainz dispone de una excelente oportunidad para seguir cumpliendo objetivos. Para no ser más ‘el hijo de’. Para postularse como digno sucesor de su compatriota Fernando Alonso –ganó sus dos Mundiales, precisamente, con los franceses–. Pero, sobre todo, para contrastar su talento. El principal espejo en el que reflejar su rendimiento será su compañero, Niko Hülkenberg. A falta de diferencias técnicas en el monoplaza, las manos serán el factor diferencial.

La rapidez y consistencia del veterano corredor alemán, un hueso muy duro de roer, le han valido el respeto de la parrilla. Se le suele situar en el escalafón de pilotos sólo un peldaño por debajo de los ‘cracks’, pues no ha podido dar ese salto a un monoplaza ganador que lo confirmara como un superclase. Ya entrado en la treintena, esa opción parece ahora poco probable. Considerando la juventud del madrileño, batirle supondría un elocuente paso acerca de su habilidad y posibilidades.

La importancia de Sainz en el equipo ya se deja sentir. Se subió a su nuevo monoplaza, el RS18, todos los días de test –excepto el tercero, cuando su equipo no rodó debido a las pésimas condiciones meteorológicas- durante las primeros entrenamientos en el Circuito de Barcelona-Cataluña. Desde la formación francesa valoran al piloto madrileño y le están brindando la confianza que se echó de menos en la familia Red Bull. Aunque, paradójicamente, la escudería de las bebidas energéticas se ha guardado una opción de repesca al término de la temporada que entra. Temen la marcha del australiano Daniel Ricciardo, cuyo contrato expira a finales de 2018. Muchas novias para un Sainz cada vez más asentado.

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