¿Cómo le sienta ser el único jugador local que hace la temporada completa con el CV Teruel, uno de los mejores equipos del voleibol nacional?

He sido el único jugador nacido en la ciudad que ha estado en el equipo desde el inicio de la campaña –el pasado 10 de febrero se estrenó otro canterano, José Ramón Mateo–. Es un orgullo.

¿Por qué se decidió por la práctica de un deporte minoritario como el voleibol frente al avasallador predominio del fútbol?

De muy pequeño empecé como todos jugando al fútbol, pero con 12 años me cambié al voleibol porque el equipo que más fama tenía en la ciudad era de este deporte. Venía a ver sus partidos y me gustaba. Decidí probar y poco a poco he llegado al primer equipo.

¿La presencia en la ciudad de un equipo de elite fue decisiva en su elección?

Tenía muy cerca de mí a uno de los mejores equipos de España, si no el mejor, y eso me llamó la atención. Me decidí por ese deporte con la ilusión de llegar algún día a formar parte de su plantilla.

¿Soñaba con llegar a su meta con solo 19 años?

No me lo planteé al empezar, pero a los tres años me pregunté: ¿por qué no puedo conseguirlo? Se trataba de seguir trabajando duro y de entrenar, y al final ha llegado mi oportunidad.

¿Cuáles fueron sus ídolos deportivos de infancia?

Cuando venía a ver el voley me fijaba en Fran Rodríguez o Rafa Pascual, un referente para mí.

Y ahora, ¿quién es su referente?

El capitán, Thomas Ereu, obviamente. Es el que tiene que liderar el equipo. Es un deportista admirable. Solo hay que ver como trabaja y como tira del bloque en los momentos decisivos.

¿Combina el deporte con los estudios?

Sí, estudio Magisterio en el campus de Teruel. Estoy en el segundo año de carrera. Por las mañanas voy a la Universidad y por las tardes, entreno. Si salgo pronto de las clases matutinas, también voy a entrenar de mañana.

¿Es duro compatibilizar los estudios con jugar en un equipo puntero del voley nacional?

Sí, porque tengo poco tiempo para todo. Tengo que sacar huecos de donde no los hay, incluidas las noches.

¿Aspira a vivir del voleibol profesionalmente?

Quiero vivir del voley y seguir muchos años en este deporte, pero sé que no dura toda la vida. Hay que tener una alternativa para cuando se termina. Por eso es importante estudiar y tener una carrera.

¿Le gustaría que su paso por el voley profesional fuera en el club de su ciudad?

Me gusta mi ciudad y el ambiente que hay en el club, y me gustaría seguir aquí unos años.

¿Está satisfecho con su aportación al juego del equipo o querría tener más minutos?

Me gustaría tener más presencia, pero estoy en una etapa de aprendizaje y tengo mucho que mejorar. Estoy contento con los minutos de juego que me da el entrenador. Al fin y al cabo, jugar algún punto al final de los partidos me gusta y me da muy buenas sensaciones. Quiero trabajar para jugar más.

¿Recuerda su primer punto con la camiseta naranja?

Sí, fue contra el Tarragona, en Los Planos, el pasado diciembre. Hice siete tantos.

¿Contempla cambiar de aires en busca de más minutos de juego?

Lo he pensado. Entra en mis planes. No se puede llegar a uno de los mejores equipos de España y querer jugar siempre. Hay mucha gente que busca minutos de juego fuera para aprender y formarse como jugador y luego volver aquí. No lo descarto, pero estoy centrado en el CV Teruel hasta el final.

¿Puede ser esta la temporada del ansiado triplete?

Es difícil. Casi no hay precedentes. Pero tenemos equipo para hacerlo. Hemos ganado la Supercopa, estamos a dos partidos de ganar la Copa y vamos segundos en la Superliga. Lucharemos hasta al final. Si todos trabajamos bien, se puede lograr.

Jugador local, en el equipo de sus sueños y tricampeón. No se puede pedir más.

Sí, me gustaría.