Seis eneros sin Pirena

La competición de mushing más importante del sur de Europa desapareció en 2012.

Imagen de una carrera de Pirena, antes de su desaparición en 2012.
Seis eneros sin Pirena
Pedro Etura

Durante 22 años, enero fue el mes de Pirena. La competición de mushing -trineos tirados por perros- más importante del sur de Europa atravesaba de oeste a este las montañas nevadas del Pirineo, atrayendo a los amantes del deporte y la naturaleza, que disfrutaban con el esfuerzo conjunto de los seres humanos y los animales.

La llamada ‘gran ruta blanca’ partía de Zaragoza, donde medio millar de canes pasaban el control veterinario antes de tomar las estaciones de Formigal-Panticosa, Candanchú, Baqueira Beret o Port Ainé. Y es que la mayor parte de las carreras (alrededor del 90%) se disputaban por las pistas de esquí, siempre respetando la ecología y primando el bienestar de los perros.

Pirena fue la actividad sobre nieve con mayor proyección internacional de España y contaba con apoyos institucionales y de importantes patrocinadores como Affinity. Sin embargo, la gran inversión que era necesaria para que saliera adelante -un millón de euros, aproximadamente- hizo que, con la llegada de la crisis económica, la carrera desapareciera en 2012.

En aquella edición, en la que se inscribieron 37 equipos procedentes de nueve países (España, Alemania, República Checa, Suiza, Noruega, Reino Unido, Italia, Francia y Polonia), participó Jaime Pou, un mallorquín afincado en Aragón que en 2008 había formado parte de la organización de Pirena.

“En sus dos décadas de historia, esta carrera se había consolidado como una prueba de referencia, pero la coyuntura económica la hizo desaparecer. Los organizadores entendieron que había que adaptarse a los tiempos que corrían”, recuerda hoy Pou, e incide en la relevancia de Pirena en Aragón. “Para esta Comunidad significaba mucho, tanto a nivel deportivo como de promoción, puesto que nos ponía en el mapa internacional. La entrega de dorsales ya era una fiesta grande en Zaragoza”, añade, antes de entrar a valorar un hipotético regreso de Pirena.

“No se ha dado la posibilidad. Los organizadores han optado por crear otras carreras que, en cierto modo, suplen el vacío. En España, ahora mismo, solo estamos 12 o 14 personas que participamos en pruebas de media o larga distancia, pero todo es distinto porque pagamos de nuestro el bolsillo la carrera”, lamenta Pou, quien entiende que “Pirena solo podría volver si fuese como al principio, cuando los participantes dormían en refugios y todo era menos costoso”.

Auge del canicross

Tras la desaparición de Pirena, otras modalidades como el canicross, que consiste en correr junto al perro, han ido creciendo. “La técnica es más sencilla y, evidentemente, no es lo mismo llevar un animal que llevar 14 o 15”, resume Pou, y concluye recordando que “Pirena era una carrera dura para los animales por la oreografía del Pirineo”.

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