Aficiones siempre unidas

Más de 700 congresistas, de 29 federaciones de peñas, han celebrado en Zaragoza el XIII Congreso Nacional de Aficiones Unidas

La Afepe ha estado presente en actos muy importantes. En esta imagen con el rey Felipe VI.
La Afepe ha estado presente en actos muy importantes. En esta imagen con el rey Felipe VI.
AFEPE.

Corría el año 1999 cuando un grupo de presidentes de federaciones de peñas de diferentes equipos de fútbol, impulsados por los responsables de la Federación del Sporting de Gijón, decidieron que debían crear una organización común, sin ánimo de lucro, que luchara por los mismos intereses y estableciera puntos de encuentro entre ellos. Así surgió Aficiones Unidas (Afepe), que este fin de semana celebró en Zaragoza su XIII Congreso.


En esa fecha, con la ilusión como bandera, José María Suárez Braña y su equipo de colaboradores, comenzaron a llamar, una a una, a todas las federaciones para que se unieran a un proyecto que no tenía ni sede propia. «El Ayuntamiento de Gijón nos cedió un local en el Molinón y aprovechamos la inauguración de nuestra federación para invitar a otros clubes al acto y comentarles nuestro sueño. Al principio, pensamos que nuestra llamada no tendría respuesta, pero para sorpresa de todos se presentaron once presidentes, de ciudades tan importantes como Valencia, Bilbao, Oviedo o La Coruña, por citar algunos. Los que no pudieron venir nos mandaron un regalo y una carta de apoyo a nuestro proyecto y con esto tomamos impulso para consolidar nuestro reto», recuerda José María Suárez Braña, presidente de honor de Aficiones Unidas y su responsable durante cuatro legislaturas.


En aquel momento, los once presidentes de federaciones que se presentaron no se podían imaginar que, en 2016, su proyecto abarcaría a mas de un millón de aficionados al fútbol de 45 equipos distintos de Primera y Segunda división, así como otros que en años recientes han bajado a segunda división B, como el Compostela o el Albacete.Puertas cerradas

Pero aquel día, en un llagar de sidra, tomando una espicha, decidieron seguir adelante y construir una gestora, presidida por ‘Pepín’ Suárez Braña, quien todos los fines de semana cogía el autobús de Gijón a Madrid para hacer un viaje de ida y vuelta con un único fin: presentar el proyecto a los principales estamentos del mundo del fútbol para que lo conocieran y apostaran por él.

«En un primer momento, nos daban c

on la puerta en las narices, pero un golpe de suerte y un buen contacto nos llevó hasta el presidente de la Federación Española de Fútbol, a quien le encantó la idea y nos dijo que le pidieramos de todo, menos dinero. Fue un punto de arranque que nos permitió consolidarnos y que los demás nos tuvieran en cuenta», apunta Suárez Braña.


Con el paso de los años, Aficiones Unidas se ha consolidado como entidad y cuenta con el apoyo de todos los estamentos que rodean el mundo de fútbol. Pero su reto sigue siendo el mismo: lograr el reconocimiento de la afición por parte de los clubes. «Tienen que saber que los aficionados somos necesarios siempre, no solo cuando llegue julio, porque seguimos siendo la parte más importante del negocio de un club, ya que, sin nosotros, los partidos televisados o la venta de camisetas, no tendrían razón de ser», matiza.

 
Rechazo a la violencia


Desde su constitución hace más de tres lustros, Aficiones Unidas siempre ha pretendido tres cosas fundamentales:

a) Establecer puntos de encuentro que fomenten las relaciones entre los aficionados del fútbol.


c) Ser el portavoz de la afición ante los estamentos del Fútbol tanto públicos como privados, como la Liga de Fútbol Profesional, la Real Federación Española de Fútbol y el Consejo Superior de Deportes.


b) La manifestación constante de rechazo absoluto a la violencia en el ámbito deportivo. En este sentido, han colaborado en campañas antiviolencia, en colaboración con otras entidades.

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