Un gol en un mes

Pese a haber recibido tres goles ante el Girona, el verdadero déficit del Real Zaragoza reside en el ataque. Solo ha marcado un tanto en los últimos cuatro partidos, y se lo hizo el Albacete en propia puerta.

Sergio Gil e Hinestroza festejan el único gol marcado por el Zaragoza en el mes de marzo.
Sergio Gil e Hinestroza festejan el único gol marcado por el Zaragoza en el mes de marzo.
Asier Alcorta

Puede llevar a equívoco el abultado resultado de 0-3 encajado ante el Girona. Porque, pese a recibir tres goles en La Romareda, el verdadero problema del Real Zaragoza no reside abajo, sino arriba. Sí, encajó tres goles en una tarde aciaga, en 90 minutos en que todo salió mal; pero mucho peor es no haber sido capaz de marcar y de apenas haber creado peligro real en los últimos 360 minutos de juego, esto es, en todo el mes de marzo. Hay que recordar que el conjunto aragonés solo ha movido el marcador una vez en sus últimas cuatro citas ligueras, y que el gol se lo marcó un defensa del Albacete en propia puerta.


El desalojo de la zona de promoción de ascenso invita a la reflexión. Pese a que sea rigurosamente cierto que el Real Zaragoza había encadenado la mejor racha de la temporada antes de saltar el pasado domingo al prado de La Romareda, con 15 puntos atrapados sobre 21 disputados, no todo el saldo era favorable en la auditoria de la brillante retahíla. Es cierto que la reiteración de la serie de cuatro victorias y tres empates garantiza el ascenso de categoría en cualquier ecuación. Tan cierto como que marcando un gol en cuatro encuentros no se asciende ni en Segunda ni en ninguna categoría. He ahí el talón de Aquiles del Zaragoza.


Desde el mismo nacimiento de la racha el 6 de febrero ante el Leganés, el éxito zaragocista descansó sobre su solvencia defensiva. Se venció al Leganés (1-0) en uno de los partidos más completos del curso. Con la misma fortaleza defensiva se arrancaron tres puntos en Córdoba (0-2) y se apretó los dientes para capturar otro punto en Pamplona (1-1). Y se logró voltear en un santiamén el gol del Lugo en La Romareda (3-1). Defendía y defiende globalmente bien el Zaragoza. Pero además, tenía pegada. O la pegada suficiente para sumar, meterse en el ‘play off’ y apuntar al ascenso directo.

Marzo negro

Arrancó marzo con un empate (0-0) en Mendizorroza. El Zaragoza sumó pese a jugar en inferioridad numérica por expulsión de Culio durante toda la segunda mitad. Tapó y presionó sensacional al Alavés, pero no hizo pupa. Después, ante el Albacete, se ganó (1-0) en el último suspiro y con un gol en propia puerta del defensor manchego Pulido. El Real Zaragoza seguía siendo fiable atrás, pero comenzaba a perder frescura ofensiva. En Tenerife se empató (0-0), con ese sabor contradictorio que suelen destilar los empates: los hacen buenos o malos los resultados inmediatamente posteriores. El empate en el Heliodoro no era ni mucho menos malo, pero lo hizo malo la derrota perpetrada anteayer ante el Girona. Con la puerta a cero se suma. Marcando goles se multiplica. Sumando puntito a puntito es posible (incluso probable) que se alcance la zona de ‘play off’ de ascenso. Pero para ascender directamente hay que producir de tres en tres, hay que ganar, hay que marcar goles. Y el Real Zaragoza hace un mes que no le mete gol a nadie. Ese es el verdadero problema.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión