Juliá sale a comprar gol

Si la Liga de Fútbol Profesional permite más incorporaciones, el club intentará contratar además un medio creativo y un defensa central, como ya barajó en verano.

Christian Lapetra, Narciso Juliá y Carlos Iribarren, el día de la presentación del director deportivo.
Juliá sale a comprar gol
José Miguel Marco

Desde hoy, todos los clubes españoles que tengan el visto bueno de la Liga de Fútbol Profesional en términos financieros pueden comenzar a inscribir nuevos fichajes. Ha quedado abierto el mercado invernal de incorporaciones, que en España, en principio, estará activo hasta las doce de la noche del domingo 31 del presente enero. Y en esta tradicional vorágine de modificaciones de las plantillas a mitad de temporada, el Real Zaragoza, con su nuevo director deportivo Narciso Juliá a la cabeza, busca en la bolsa de delanteros asequibles un punta que venga a fortalecer la capacidad goleadora del equipo que diseñó Ángel Martín González, aspecto que el día a día de la competición ha demostrado que es demasiado escaso para aspirar al ascenso en junio.


No son nuevos los movimientos extemporáneos del Real Zaragoza a la búsqueda de refuerzos en los últimos tiempos. Las graves lesiones de rodilla que sufrieron Jaime y Wilk en octubre derivaron en que la SAD aragonesa pidiese permiso extraordinario a la LFP en ambos casos por si era posible hallar un futbolista útil y de su gusto y posibilidades en los plazos establecidos. No pudo ser y la plantilla no se modificó. Se tanteó con el Athletic de Bilbao la cesión del ariete Viguera y, posteriormente, se negoció con los vascos el préstamo del centrocampista-mediapunta creativo Ager Aketxe, entre otros escarceos. El hecho de que el coste de esos fichajes repercutieran en el presupuesto global del curso venidero, la liga 2016-17, hizo medir mucho cualquier efecto secundario de esas gestiones y se prefirió esperar a este mercado de enero que hoy, con tres días de retraso respecto de lo habitual (por caer en fin de semana festivo las tres primeras fechas del nuevo año), se activa. Cualquier nueva incorporación que se haga en los próximos 27 días correrá a cuenta del actual presupuesto, que deberá adapatarse a las consignas que la LFP indique a cada club según sean sus condicionantes económicos presentes.


Juliá confirmó en su presentación, hace solo 10 días, que el Real Zaragoza va a estar pendiente al máximo de este mercado. Que se pretende reforzar la plantilla en los puestos donde más carencias se aprecian. Pero la cuestión no va a ser sencilla porque en agosto la entidad aragonesa apuró al máximo el cupo salarial asignado por la Liga, alrededor de 4,2 millones de euros para el global del primer equipo, y va a ser necesario encontrar fórmulas que permitan que la LFP dé el visto bueno a esos pretendidos cambios en el plantel.


Las bajas por lesión no abren resquicios para ser suplidas por otros jugadores, pues sus fichas hay que seguir pagándolas. Alguna salida del equipo (como en verano, se ha invitado al tercer portero, Alcolea, a marcharse cedido y la continuidad de Aria Hasegawa es objeto de análisis) requeriría que el club de destino liberase totalmente al Zaragoza del abono de lo que resta de salarios de cada uno para dejar vía libre a las llegadas. El acuerdo con algún nuevo patrocinador de la SAD podría servir de suelo para justificar ante la LFP los pretendidos reforzamientos del equipo.


Desde hoy, esta maquinaria se pone en funcionamiento a velocidad de crucero. Juliá se reúne esta mañana con Carreras para establecer prioridades, hablar de nombres, posiciones tácticas y urgencias deportivas. Paralelamente, los dirigentes dibujan con la LFP el método financiero para sustentar los refuerzos dentro de la normativa que rige en el fútbol español. Si todo va según lo previsto, en las próximas cuatro semanas el Real Zaragoza cambiará varias facciones de su actual rostro.

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