Trabajado empate del Huesca

Tablas con un Guadalajara que pudo ganar con un cabezazo al larguero de Toledo en el 93

José Gaspar intenta marcharse de dos futbolistas del Guadalajara.
Trabajado empate del Huesca
JAVIER BLASCO

Unos lamentarán la ocasión perdida de haberse situado terceros en la tabla. Y tendrán razón. Otros verán el vaso medio lleno, a un Huesca al acecho de la cabeza que sigue sin perder en El Alcoraz. Y no les faltarán motivos. El empate con el Guadalajara fue un recordatorio de las dificultades que entraña la categoría de bronce. En un duelo de poder a poder entre dos equipos de referencia, los azulgranas estuvieron tan cerca de la victoria como del abismo tras quedarse con diez por la expulsión de Manolo en el 72 y un cabezazo al larguero de Philippe Toledo en el descuento.


Los de Tevenet se mostraron sólidos atrás, lo que ya es sabido, y desafinados arriba, lo que tampoco es novedad. La intensidad y el oficio de dos buenos sistemas defensivos pudieron más que el talento atacante. No se trataba de miedo a perder, sino de un diálogo sin mordazas para medir la altura de unos clubes que hace un par de campañas se encontraban en Segunda A. Que las oportunidades escaseasen se debió más a los planteamientos de los entrenadores, apoyados en las zagas, que a un miedo a perder desmentido por los hechos. Y eso que cuando los azulgranas tomaron la iniciativa hallaron la claridad muy pocas veces.


El Huesca persiguió otra victoria tras las de Real Sociedad B y Leioa y el Guadalajara, lamerse las heridas después del 4-0 encajado en Zubieta. Ante este panorama, costaron lágrimas a los oscenses sacar partido de las virtudes que explotaron la semana pasada. Tevenet repitió aquel once con conclusiones más discretas. La salida de los manchegos, ambiciosa, no dejó en cambio huella en las inmediaciones de Dani Jiménez, mientras que el Huesca se fue estirando. Cuando sus artistas se entendieron levantaron el aplauso de una grada que demuestra estar con los suyos a sol y sombra. El Huesca se pertrechó con un Manolo que llega a todos los balones en la zona de medios, ya sea por tierra o por aire, y encontró el duende en cuatro ocasiones aisladas dentro de un conjunto pobre en términos de espectáculo. Un centro raso de Gassama al que no llegó Esnáider, disparos lejanos de Morillas y Camacho y un cabezazo del hispanoargentino en el 36 como oportunidad más clara fueron el sustrato de la primera mitad. 


Los alcarreños, en formación de 4-1-4-1, explotaron la posición de Borja Yebra por delante de la zaga para atar en corto a los mediapuntas, contundentes y sin renunciar al pelotazo. Con Tyronne difuminado entre varios peones blancos, Tevenet miró a sus reservas tras el descanso. Escogió primero a Josan por un exprimido Camacho y media hora por delante. La imaginación era escasa. El canario siguió al capitán y José Gaspar, en su primera acción, prolongó la bola a Morillas y Esnáider remató desviado con la testa.


Una alegría al que siguió el drama de la expulsión de Manolo por la segunda amarilla. Con diez durante 20 minutos. Situación peliaguda. Josan lo intentó con un zapatazo y José Gaspar ayudó a Ros en el centro. El alicantino se congració con El Alcoraz y Gassama probó los reflejos de Toni antes del cambio de ‘nueve’, Guillem por un Esnáider bregador que sigue adoleciendo de falta de puntería, síntoma general del equipo. En un final frenético, el Guadalajara no hizo virtud de su superioridad numérica pese al aterrador larguerazo en el 93. 0-0 y, al final, hasta dando las gracias. El Huesca persiguió el triunfo y se topó con la certeza de que preservar un punto bien valía el esfuerzo.uenga