Accidentado en el rocódromo de Puerto Venecia

Pauner deja el hospital en silla de ruedas y afronta seis meses de dolorosa recuperación

?Por el hecho de sobrevivir ya puedo estar contento?, dice al salir del Miguel Servet el montañero, que ha tenido que aplazar algunos proyectos pero no renuncia al 'grand slam' de los lugares más inaccesibles del planeta.

Rueda de prensa del montañero a su salida del hospital
Pauner deja el hospital en silla de ruedas y afronta seis meses de dolorosa recuperación
GUILLERMO MESTRE

El montañero Carlos Pauner, cuarto español en completar los catorce ochomiles del planeta, recibió este martes el alta hospitalaria tras quince días ingresado en el hospital Miguel Servet de Zaragoza después de la fractura de pelvis que sufrió, con riesgo para su vida, al caer el pasado día 9 de una altura de seis metros en el rocódromo de Puerto Venecia.


Pauner, que de momento permanece en silla de ruedas, afronta ahora una larga y dolorosa rehabilitación de al menos seis meses, y si todo va bien todavía tardará varias semanas en poder empezar a andar con muletas. No obstante, el objetivo es lograr su recuperación funcional y anatómica “lo más próxima al cien por cien”, apuntó el que Pauner llamó su “benefactor”, el doctor Antonio Peguero, el cirujano de la Unidad de Fracturas de Pelvis y Cadera que le operó y le ha atendido todo este tiempo.


Pauner compareció en rueda de Prensa en el propio Miguel Servet junto al doctor Peguero, Carmen Luna, supervisora de Enfermería de la planta séptima -donde el montañero dijo que había estado “tan a gusto” como en su casa por el cariño con que le trataron- y el director del hospital, el doctor José Ignacio Ignacio Castaño, quien recordó que también intervinieron tras el grave accidente los servicios de Urgencias, UCI y Urología.


El escalador explicó que ha tenido que retrasar algún proyecto, empezando por las charlas con la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) que había iniciado ya en Daroca y que seguirán, más tarde de lo previsto, en Calatayud y Caspe. También tenía previsto abordar en enero, y en principio tendrá que esperar hasta el verano, el gran proyecto de las siete cumbres de los siete continentes, con el Aconcagua como primera meta.


Estas siete cumbres constituyen, junto con los 14 ochomiles que ya ha hecho, y los dos polos que también lleva en mente a más largo plazo, el 'grand slam' de los lugares más inaccesibles del planeta, que le gustaría alcanzar en su carrera deportiva, aunque intercalando o anteponiendo en su caso otros desafíos como intentar de nuevo el Everest sin oxígeno, algún ochomil en invierno, abrir nuevas vías o acometer algunas montañas vírgenes.


Lo que aseguró que no es ninguna prioridad, y que igual emprende cuando se jubile o igual no, o también lo haga acaso como aclimatación, es la cumbre del Sisha Pangma, que en algunos medios han cuestionado que llegase a alcanzar. “La duda la tienen otros”, recalcó Pauner, que no descartó volver allí “pero por placer”, para disfrutar -dijo- de una montaña que es “sencilla” pero que en su expedición se complicó al llegar de noche y con su compañero Juanito Oiarzabal enfermo.


En suma, Pauner no ha perdido la ambición, pero es consciente de que tiene que afrontar con una disciplina a la que no está acostumbrado un largo proceso de recuperación que según el doctor que Peguero requerirá “mucho trabajo, rutina, sacrificio y dolor”. El montañero reconoció que ha sido “el accidente más grave” que ha sufrido “con diferencia”, exhimió de culpas a todo el mundo porque confluyeron circunstancias de las que -recalcó- “nadie es resposable”, y como conclusión de esta dura experiencia y lección para otros escaladores subrayó que “no hay que bajar la guardia nunca”.


“Por el hecho de sobrevivir -concluyó- ya puedo estar contento”.