LETRAS

Salen a la luz los diarios completos del 'satánico' lord Byron

Nació con un defecto físico que marcó su carácter para siempre. Lord Byron fue definido como "malo, loco y peligroso" por una de sus amantes y causó los mayores escándalos de su época.

Una de sus amantes, Caroline Lamb, le definió como "malo, loco y peligroso de conocer". A lo mejor estaba un poco loco, pero fue un poeta inmenso y un prosista lleno de ingenio. Uno de sus biógrafos, Thomas Moore, dijo de él: "Su mejor arma era esa mirada frívola, humorística y a menudo paradójica que posaba sobre las pequeñas cosas de la vida". La editorial Alamut publica por primera vez la edición integra de los 'Diarios' de lord Byron (Londres, 1788-Missolonghi, 1824), un escritor que tuvo por compañía a muchas señoritas -incluida su hermana Augusta, lo que causó bastante escándalo- y a una variada gama de animales: monos, loros, halcones, gansos, grullas, jirafas y perros. En la tumba de su can Boatswain dejó grabado: "Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y con todas las virtudes del hombre y ninguno de sus defectos".


Anotados y traducidos por Lorenzo Luengo, los 'Diarios' de esta cuidada edición se dividen en cinco bloques: 'Diario de Londres (1813-1814)', 'Diario alpino (1816)', 'Diario de Rávena (1821)', 'Pensamientos aislados (1821-1822)' y 'Diario de Cefalonia (1823)'.


En todos ellos da muestras de una insolencia que debió de molestar a muchos de sus contemporáneos. "Nunca he conocido a nadie al que le haya mejorado el matrimonio", escribe. "Todos mis amancebados contemporáneos son calvos e infelices. Wordsworth y Southey han perdido tanto su pelo como su buen humor, y éste último tenía un buen montón que perder". Añade un poco más adelante: "He viajado. ¿Qué he visto? Al mismo hombre -y a la misma mujer- en todos los sitios".

Resentimiento


Hijo de un capitán cuya nobleza provenía del reinado de Eduardo VIII, George Gordon Byron nació con una deformidad en el pie derecho (los dedos hacia dentro), lo que le provocó una ligera cojera y un acusado complejo. A fuerza de pundonor -y con el fin de acallar a su padre, quien auguró que se quedaría cojo- aprendió a correr antes que a andar. También silenció las burlas de sus compañeros -algunos le llamaban 'patapalo'- ganándoles en carreras de velocidad. Les aventajó en correr y en precocidad sexual, pues sus primeros escarceos los tuvo con la institutriz Mary Gray. Él tenía diez años y ella era una bella jovencita. Byron jamás olvidó aquel verano en el valle del Dee.


Bien parecido y con un particular magnetismo personal, se mostró ácido y cruel con los demás (y consigo mismo). "Únicamente salgo de casa para renovar mi apetito de soledad", anota en el 'Diario de Londres'. Se interesó por los desheredados, los marginados y los aventureros. A España la defendió contra la invasión napoleónica. A Grecia, frente al poder otomano. Y en Grecia -concretamente en Missolonghi- falleció un 19 de abril de 1824. Tenía 36 años. No pudo ver cumplido su sueño de ver la tierra de Pericles como un país independiente. "Los preferidos de los dioses mueren jóvenes", dijo en una ocasión, sin saber, tal vez, que estaba hablando de sí mismo.