Treinta óleos y dos dibujos de seis artistas de los grupos Pórtico y Zaragoza muestran el resurgir de la abstracción en España, a finales de los años cuarenta del pasado siglo, en una exposición que se inaugura hoy en el Patio de la Infanta de la capital aragonesa.

Con el título 'La puerta abierta: el inicio de la abstracción', la exposición permite hacer un recorrido por el trabajo del Grupo Pórtico (1957-1952), formado por Fermín Aguayo, Santiago Lagunas y Eloy G. Laguardia, pioneros en el nacimiento de una pintura española de vanguardia, de signo abstracto.

Pórtico supuso una apertura en el "yermo" panorama artístico de la posguerra, cuando la mayoría de los artistas españoles se habían exiliado, sobre todo a París, y los que permanecieron en España se acomodaron e hicieron "academicismo", ha explicado en rueda de prensa la comisaria de la muestra, Dolores Durán.

En este panorama artístico, en el que las informaciones del exterior llegaban con "cuentagotas", surgió en Zaragoza en 1947 la primera manifestación grupal abstracta en España alrededor del propietario de la librería Pórtico, José Alcrudo, integrado por nueve artistas que diez años más tarde quedó reducido a los tres cuyas obras se muestran en esta exposición, ha agregado.

Este grupo se disolvió en 1952, cuando cada artista toma su propio camino, pero según ha dicho Durán sus esfuerzos renovadores fueron seguidos por el Grupo Zaragoza (1963-1967) en el que, aunque estuvo integrado por varios autores, destacan Daniel Sahún, Ricardo Santamaría y Juan José Vera, de los que se exponen obras en el Patio de la Infanta.

Así, "La puerta abierta" presenta 30 óleos, alrededor de cinco de cada uno de esos seis artistas, y dos dibujos, todos ellos exclusivamente de la época en que estuvieron vigentes ambos grupos, de los que también se muestra documentación de su actividad.

La exposición comienza en el año 1948, con las obras "Calavera", de Fermín Aguayo, y "Jarra (nocturno)", de Eloy Giménez Laguardia, y continúa con "Carnaval", de 1950, de Santiago Lagunas, siendo este último el referente de sus compañeros del Grupo Pórtico.

Respecto al Grupo Zaragoza, herederos morales de Pórtico, se muestran piezas de los años sesenta del pasado siglo de Daniel Sahún, Ricardo Santamaría y Juan José Vera, como "El buque fantasma. Homenaje a Wagner", "Astral" o "Tarde de toros", respectivamente.

Las obras expuestas proceden del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Fundación Santillana del Mar, Patrimonio de Ibercaja, Cortes de Aragón, Colección De Pictura, Galería Aroya, Galería Carlos Gil de la Parra, Antonio Gajón Anticuario y coleccionistas privados, así como de los propios artistas o sus herederos.

La exposición, organizada por la Obra Social de Ibercaja y que se podrá ver hasta el 9 de enero de 2011, supone la recuperación de la obra de dos grupos que protagonizaron la renovación del panorama pictórico español tras la parálisis de la Guerra Civil.

Ya que al Grupo Pórtico, un movimiento artístico que situó a Zaragoza en el panorama artístico de la vanguardia de la posguerra, le siguieron otros grupos como Parpalló (1956), El Paso (1957) o el Equipo 57 (1957), ha señalado la directora de la Obra Social de Ibercaja, Teresa Fernández.

Unos artistas que eran unos apasionadas de la pintura, ha dicho por su parte el jefe de actividades culturales de la Obra Social, José Luis Lasala, quien se ha despedido hoy de su puesto con la presentación de esta exposición, "la que más me hubiera gustado presentar", ha dicho, al tiempo que ha tenido un emocionado recuerdo para el pintor Santiago Lagunas.

También ha recordado a Lagunas el artista Daniel Sahún, del Grupo Zaragoza, quien ha señalado en la misma rueda de prensa que fue quien le impulsó a pintar en sus "principios muy duros" cuando no se sabe por donde empezar.

Juan José Vera, también del Grupo Zaragoza, ha intervenido para decir que no sabe vivir sin pintar, algo que para el es "inevitable", y que ha nacido con la droga de la pintura.

El arte sirve para deleitar enseñando, ha agregado, al tiempo que ha subrayado que la pintura es la más hermética de todas las artes y es uno mismo el que tiene que llegar a ella porque no tiene explicación.