El reivindicativo regreso de 'Maestros de la costura' a TVE

Raquel Sánchez Silva, presentadora del concurso, asegura que "la industria de la moda quería que volviera"

Raquel Sánchez Silva y Javier Cárdenas
Raquel Sánchez Silva y Javier Cárdenas

Fue en 2018 cuando TVE decidió arriesgar con un programa en el que la costura y la industria de la moda eran las grandes protagonistas del 'prime time' de La 1. Con el eco del éxito de 'MasterChef', que popularizó la cocina y la gastronomía entre los espectadores, la cadena pública confió a la misma productora del concurso culinario, Shine Iberia, la adaptación española del formato británico 'The Great British Sewing Bee'. 

Nació 'Maestros de la costura', un 'talent show' en el que doce aprendices compiten entre sí y aprenden para ser el mejor costurero del país. Pero lo que se planteó como un mero entretenimiento televisivo traspasó la pequeña pantalla y puso su granito de arena para que las máquinas de coser se desempolvaran en las casas.

"En parte somos los responsables del auge de la costura en casa", reconoce el diseñador de moda Palomo Spain, uno de los jueces que forma parte del jurado del programa. Durante el confinamiento de la pandemia, explicaron los expertos, se volvió a coser en los hogares españoles. De hecho, la final de la tercera edición, emitida los momentos más preocupantes de la crisis sanitaria del coronavirus, fue la más vista de todas las temporadas, con más de 2,3 millones de espectadores y un 16,9% de cuota de pantalla.

"Cuando se rompe un enchufe siempre hay un cuñado manitas que lo resuelve. Cuando hay que coger un bajo o arreglar la cinturita, es un drama. Como todo cuesta tan barato, compro otro. Pero gracias a este programa, la máquina de coser, que hasta ayer era un mueble más en todas las casas, y ha desaparecido en una generación, se ha vuelto a recuperar. Se le ha perdido el miedo", añade Lorenzo Caprile, otro de los jueces, junto a María Escoté, que valora a los concursantes en este formato que La 1 emite los martes por la noche (22.50).

En esta sexta edición, 'Maestros de la costura' incorpora a un cuarto jurado que acompaña a los habituales del espacio. El ganador será recompensado con un curso de formación especializada en Diseño de Moda en el Centro Superior de Moda de la Universidad Politécnica de Madrid, un premio en metálico de 50.000 euros y el maniquí de oro que le acredita como el vencedor. Además, en las nuevas entregas hay homenajes a nombres emergentes y consagrados del sector, como Rosa Tous, Nacho Aguayo y Jordi Dalmau, y se pone el foco en el proceso creativo que se esconde detrás de cada prueba, sin olvidarse de la sostenibilidad y el reciclaje.

El programa regresa tras algo más de dos años de parón en TVE. Una vuelta que, según confiesa su presentadora, Raquel Sánchez Silva, vivió como un gran momento de euforia. "Me enamoro de los programas que hago en televisión, me implico en todos ellos. Pero hay amores, como en la vida, que son más importantes que otros. Para mí, 'Maestros de la costura' es una gran historia de amor dentro de mi vida profesional", confiesa la extremeña. "El público y la industria quería que volviera. Me hace feliz profesionalmente, me lo paso fenomenal, pero personalmente más", afirma.

"La moda no es Instagram"

Frente a las críticas por ser demasiado duros con los aspirantes, Caprile se defiende con contundencia. "Es que la industria de la moda es de las más duras y miserables que hay hoy en día", responde. "Y no tiene memoria. Tú vales lo que muestras en tu última colección o traje mediático. Si pinchas ahí, todo lo que has hecho hasta ese momento no cuenta. La competencia es feroz", recalca el veterano modista, quien también reflexiona sin el miedo al qué dirán. "Me van a poner verde en redes sociales, pero me da igual. Los jóvenes se acercan a la moda pensando que la moda es Instagram. Ha hecho mucho daño. No es en absoluto nada de eso", indica.

Y en esa reivindicación de un sector a veces invisibilizado coincide también María Escoté. "Hacer una camiseta básica es una de las pruebas que más me ha gustado. Hasta los mejores aspirantes hicieron una basura de prenda. Se menosprecia la camiseta, pero al espectador hay que enseñarle que algo que a veces te regalan, cuesta tres euros o la haces trapo, es caro de hacer. El algodón está igual o más caro que la seda", subraya. "O etiquetar prendas. Hay trabajadoras que se dedican doce horas a ello porque tiene que ser perfecto. Todo en la moda es importante, imprescindible y complejo. Hay gente que dedica su vida a ello", expone.

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