'Caleidoscopio', la serie que permite al espectador el orden de visionado

La ficción de Netflix cuenta el enésimo asalto a una cámara acorazada con una narrativa no lineal que puede consumirse de múltiples maneras.

Giancarlo Esposito en 'Calendoscopio'
Giancarlo Esposito en 'Calendoscopio'
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Desde Netflix, intentando innovar en la promoción, han vendido una nueva experiencia audiovisual interactiva que no es tan emocionante como la pintan: la posibilidad de ver una serie alternando el orden de sus capítulos. Esta singular modalidad de visionado no significa que se oferten varias lecturas de una misma historia. Solo hay un relato, vista 'Caleidoscopio' en su conjunto. Aquí se puede romper la cronología de los ocho capítulos, nombrados con colores -presentes en la dirección de arte y vestuario-, a excepción del último, bautizado como 'Blanco'. Esta última entrega es la encargada de describir el robo en torno al cual giran los acontecimientos, desplegando una colección de personajes, bien interpretados, con los cuales se empatiza a pesar de la acumulación de tics.

A la sombra del éxito de 'La casa de papel', toda aventura en torno a un gran atraco, con un cámara acorazada que parece un parque de atracciones, es bienvenida. 'Plan oculto', el filme de Spike Lee que ha inspirado numerosas producciones de este tipo en los últimos años, también está presente en una propuesta coral que merece un hueco en la agenda sin la necesidad de tirar del reclamo de su ruptura de la narración lineal, un espejismo una vez terminado el atracón de episodios. No hay tanta originalidad como la que se pretende vender, lo que no quita que sea un correcto producto de entretenimiento.

Lo mejor de 'Caleidoscopio' son sus actores, un inspirado reparto encabezado por Giancarlo Esposito, un sujeto de sobrada trayectoria presente en todo tipo de ficciones, ya sea ejerciendo de villano en 'The Mandalorian', asomando la cabeza en 'The Boys' o defendiendo el papel de un religioso adicto al poder en 'El padrino de Harlem'. Le acompaña, entre otros rostros, la española Paz Vega, con un rol que juega con elegancia a dos bandas, y Jai Courtney.

Se trata de otra vuelta de tuerca a las peripecias de una banda de peculiares maleantes frente a un gran reto, cada cual con sus características, cual Robin Hoods contemporáneos. La ficción se inspira ligeramente en un caso real, la desaparición de 70.000 millones de dólares en bonos en el centro de Manhattan durante la tragedia del huracán Sandy.

La serie alterna momentos de acción con otros dramáticos, con saltos en el tiempo a lo largo de 25 años. Si el capítulo que vemos es un 'flashback' o un 'flashforward' dependerá, precisamente, del orden que elijamos, aunque si dejamos que sea Netflix quien decida por nosotros propondrá probablemente el 'Amarillo' o el 'Verde' como pistoletazo de salida. Este último, el mentolado, que describe la fuga de la cárcel del protagonista definido por Esposito, un ladrón traicionado por un antiguo compañero de fatigas, es uno de los más flojos del lote, con lo cual es recomendable optar por la otra pieza directamente. 'Rojo' es el capítulo más corto, apenas media hora, fácil de digerir, mientras 'Rosa' se revela como el más violento, con ecos de 'Fargo' y Tarantino, con algún tiroteo absurdo.

Desorden y concierto

El episodio 'Amarillo' engancha más que el 'Verde', pero no hay que presumir de lucidez para imaginar que el resultado de la serie es irregular, con algunos capítulos más interesantes que otros. El 'Naranja', centrado en la agente de policía, concretamente del FBI, que persigue a los atracadores, puede ser hasta prescindible. Ver 'Blanco' como conclusión, como se exige, no significa que las piezas del rompecabezas encajen perfectamente. Quedan algunas lagunas, algunos huecos sin aparente importancia que hay que rellenar mentalmente si nos da por subrayar la lectura final del festejo -bastante amarga, por cierto, emocionalmente-. El desarrollo de los personajes puede variar según el orden, sin afectar al todo, así como la tensión sexual que surge entre algunos de ellos. El capítulo 'Violeta' es el gran 'flashback' que explica la tragedia que da pie al encierro del líder de la banda de asaltantes y su deseo de venganza. Está muy logrado el rejuvenecimiento de algunos actores, a diferencia de otros títulos que han dado pie a comentarios hirientes en las redes sociales, como 'El irlandés', de Martin Scorsese.

'Caleidoscopio' atiende a una fórmula tradicional, a pesar de que se emplee la palabra innovación a la hora de hablar de la serie. Es decir, la trama es sencilla si no se plantease, sin una razón férrea, como un puzle imprevisible de cara a la audiencia. Un sujeto con carisma, veterano, amante de lo ajeno, con un currículum de ladrón de guante blanco que no lo es tanto, recluta a un grupo de inadaptados, cada miembro especializado en lo suyo, para llevarse un botín estratosférico. El plan maestro encuentra sus dificultades y nos depara alguna sorpresa. Ambición, honor y traición.

El listado de episodios, con un orden lógico, quedaría así: 'Amarillo' (6 semanas antes del robo), 'Verde' (7 años antes del robo), 'Azul' (5 días antes del robo), 'Naranja' (3 semanas antes del robo), 'Violeta' (24 años antes del robo), 'Rojo' (la mañana después del robo), 'Rosa' (6 meses después), y 'Blanco' (el robo). La serie ha sido alabada por el mismísimo Stephen King en su cuenta de Twitter, animando a devorarla según este esquema. La aventura pierde gracia si se ve ordenado el tiempo, eso queda claro. No es una idea revolucionaria, pero es efectiva y merece un visionado.

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