Periodismo

Wolfe, en una imagen de 2012.
El escritor y periodista Wolfe, en una imagen de 2012.

Ha muerto el escritor y periodista Tom Wolfe. Quizá no fue el hombre que inventó el nuevo periodismo pero sí fue quien le puso nombre, quien lo definió y lo dio a conocer al mundo. Puede parecer que solo es una cuestión formal, pero no. El denominado nuevo periodismo implica que el periodista deja de ser un testigo aséptico y ofrece su visión personal de los hechos, los describe, los recrea, los interpreta y los viste. Eso no implica tergiversación, pero sí una interpretación que los cánones más clásicos aún se empeñan en rechazar enarbolando un esquema rígido y una objetividad que jamás ha existido.

La interpretación, el análisis de la realidad autorizado se antoja hoy más necesario que nunca. En el maremágnum informativo en el que navegamos a diario resulta que al final todo es lo mismo, nada es distinto. Tanto para tan poco. Parece que estamos en todo y sabemos menos que nunca. Es en la diferencia donde radica la relevancia informativa. La mirada de un periodista, su digestión de la realidad, nos ayuda a conocer qué pasa y por qué. El resto, puro entretenimiento. Aunque hoy, la distracción es el mantra.