Aragón también se disfruta en la copa

Aragón también se disfruta en la copa

La rica bodega aragonesa incluye los distinguidos vinos de Pago Aylés, al cava –siendo la tercera comunidad española en su producción– y los de Indicación Geográfica Protegida que resguardan la tradición vitivinícola.

Copas de cava
Copas de cava
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Disfrutar de una experiencia gastronómica completa depende de dos factores: unas elaboraciones de calidad maridadas con los mejores caldos. Detrás de cada copa de vino hay un intenso trabajo: desde el cuidado de los viñedos hasta su paso por bodega donde se trabaja con las últimas tecnologías para encontrar matices únicos con los que diferenciar cada vino. En este proceso, la climatología del lugar y la propia tierra también le confieren un carácter especial. Estas características singulares hacen de cada caldo un producto único.

Además, cada vez son más las personas que se animan a descubrir todas las facetas de la viticultura, aparte de la puramente gastronómica, desde los que se dedican a ello -enólogos, sumilleres...- hasta aquellos que disfrutan de originales vivencias gracias al enoturismo.

Aragón tiene gran relevancia en este terreno porque, además de las denominaciones de Origen –DOP Campo de Borja, DOP Calatayud, DOP Cariñena, DOP Somontano y DOP Pago Aylés– cuenta con otros reconocimientos -Cava de Aragón e Indicación Geográfica Protegida (IGP)- que lo sitúan como una zona de referencia vitivinícola.

Pago Aylés

En la comarca del Campo de Cariñena se encuentra la primitiva aldea de Aylés, un territorio donde naturaleza y vino coexisten y se relacionan de forma única. Prueba de ello son los vinos que allí se producen, que han obtenido la denominación de Pago, que hace referencia al máximo nivel de calidad del vino y acredita el saber hacer y la excelencia vitivinícola. Se trata del único vino que posee este título en la Comunidad y uno de los 15 que se reconocen en España.

Este reconocimiento se debe a los atributos que dotan de una personalidad única a los caldos que allí se producen. Además del buen hacer de sus productores, las características del territorio, la naturaleza de los suelos –profundos, pedregosos, arcillosos y fríos–, los campos y caminos que bordean la finca, la fauna y la flora son la combinación del éxito de estos caldos.

Esta bodega, cuyo viñedo ocupa una superficie de 47 hectáreas de garnacha, tempranillo, cabernet-sauvignon y merlot, destaca por su viticultura sostenible y su vendimia nocturna para mantener todas las propiedades de la uva. El viñedo y la bodega están relativamente cerca para que la uva inicie el proceso de elaboración inmediatamente después de ser vendimiada.

La amplia gama cromática de rojos caracteriza a los Pago de Aylés, que tienen una personalidad singular.

A de Aylés. Cuenta con un color rojo cereza picota y se muestra con elegancia e intensidad frutal en boca, por lo que es perfecto para acompañar barbacoas, arroces o carnes blancas. Y de Aylés. Su amplia gama de aromas (frutos rojos, pimienta negra, cacao...)le confiere su particular tono rojo rubí. Los embutidos, las carnes rojas o de caza son sus mejores acompañantes. L de Aylés. Se caracteriza por un atractivo color rosa fresa muy vivo y puede presumir de ser el primer vino rosado de Pago de España. Las ensaladas, los arroces o las pizzas son su maridaje más recomendado. É de Aylés. También tienen un color rojo rubí y su aroma rememora el de las cerezas, los frutos negros o la retama. Es perfecto para acompañar una tabla de quesos, a las carnes rojas o a los embutidos. S de Aylés. Las moras, las frambuesas, la lavanda y las hierbas mediterráneas se asemejan al aroma de este vino de tono rojo rubí, perfecto para pescados, arroces o carnes.  3 de Tresmil. Las especias y las notas minerales son las características de este caldo, cuyos acompañamientos perfectos son las caCava de Aragón

El broche final a un suculento festín, y más en estas fechas, siempre es un brindis con cava. La Denominación de Origen de este producto espumoso es una de las de mayor tradición en España y, entre las zonas conocidas como la ‘Región del Cava’, se encuentra Aragón y, en concreto, los núcleos de Calatayud, Cariñena y Ainzón. Además, Aragón es la tercera Comunidad española que más cava fabrica. Bodegas Langa, en la comarca Comunidad de Calatayud, es la principal productora aragonesa con 50 años de experiencia en la producción de cava. Cuenta con 200 viñedos con los que elaboran sus espumosos procedentes de macabeo y chardonnay.

Bodegas Langa. Esta bodega, la principal de Calatayud, cuenta con una larga tradición familiar. Reyes de Aragón es su cava y se encuentra entre uno de los 50 mejores de España. Este cava se inspira en la historia y las leyendas de la Comunidad y se caracteriza por tener el mismo estilo con el que los reyes construyeron su reino: con astucia e inteligencia. Bodegas Larre. Solo cuenta con cinco años de vida, pero esta joven empresa de Villanueva de Gállego promete fusionar tradición e innovación. Prueba de ello son sus cavas que se comercializan bajo el nombre de Brianda de Aragón Brut Nature Reserva y Brianda de Aragón Brut. Bodegas Monasterio de Veruela. Cava Camino al Moncayo, un Brut Nature Joven de 9 meses; y el Cava Monasterio de Veruela, un Brut Nature Reserva de 18 meses, son los dos cavas que ofrecen en Bodegas Monasterio de Veruela, surgidas de la expansión de Bodegas Ruberte. Además, el proyecto está liderado por mujeres del entorno rural. Grupo Bodegas San Valero. Este grupo, referente de la DOP Cariñena, cuenta con tres vinos espumosos:Cava Gran Ducay Brut Nature Reserva, Gran Ducay Brut Nature ‘La vuelta’ y Gran Ducay Brut Nature Rosé. Grupo Bodegas Bordejé. El proceso de elaboración tradicional ‘champenoise’ marca la diferencia del cava Bordejé Chardonnnay Brut Nature, que ha estado un mínimo de nueve meses en barrica. Bodegas Santo Cristo. El cava Santo Cristo tiene una gran personalidad debido a su crianza durante nueve meses, lo que permite que las levaduras le aporten un carácter aromático diferencial.Indicación Geográfica Protegida (IGP)

No pertenecen a ninguna denominación pero tienen el privilegio de llevar un título ‘de la tierra’. Se trata de una Indicación Geográfica Protegida (IGP) que resguarda aquellos vinos de calidad que se producen en una zona con reconocida tradición vinícola, es decir, donde la viticultura ha sido y es una forma de vida. En Aragón son seis las zonas que aglutinan esta distinción: el Bajo Aragón, la Ribera del Jiloca, Valdejalón, Valle del Cinca, Ribera del Gállego- Cinco Villas y Ribera del Queiles. Así, un total de 4.553 hectáreas de viñedo forman parte de este reconocimiento, lo que supone el 13 % del total de la superficie de viñedo de todo Aragón y una producción de 135.000 hectolitros.

El clima de estas zonas favorece su desarrollo, algo fundamental para conferir las singulares características a estos caldos. En la Ribera del Jiloca, destaca la existencia de diversas variedades autóctonas, entre ellas, negralejo y provechón, cuyo potencial enológico se ve acrecentado por sus condiciones geográficas (laderas pizarrosas y a gran altura). En Valdejalón, la escasez de materia orgánica y las temperaturas extremas confieren a sus vinos unas propiedades particulares.

Hablar de tradición vitivinícola es hacerlo de la comarca del Valle del Cinca, algo que deja huella en sus ‘vinos de la tierra’. Las piedras y el buen drenaje son los factores que condicionan las características y matices de los vinos incluidos en la IGP Ribera del Gállego-Cinco Villas. Una de las de mayor extensión en la Comunidad es la indicación Bajo Aragón, caracterizada por la adaptación de las diferentes variedades a suelos y clima con escasas precipitaciones. Por último, en la Ribera del Queiles, la cercanía al Moncayo determina el cambio termométrico que define el cultivo de la vid. Esto contribuye a la formación de taninos y antocianos.

El sábado 29 será la última entrega de la colección de paños de cocina de HERALDO. Más información en promociones Heraldo.

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