Valdejalón: una tierra para perderse entre la naturaleza, la cultura y el deporte

Valdejalón: una tierra para perderse entre la naturaleza, la cultura y el deporte

La comarca de Valdejalón posee un atractivo único en cada estación aunque es en primavera cuando ofrece un espectáculo de color con la floración de los cerezos y de los almendros.

Vista del castillo de los Priores y de la iglesia de San Bartolomé, en Calatorao.
Vista del castillo de los Priores y de la iglesia de San Bartolomé, en Calatorao.
Comarca de Valdejalón

Con la llegada de la primavera, un manto blanco y rosa cubre la comarca de Valdejalón. La floración de los domasquineros, de los cerezos y de los almendros ofrece una estampa idílica, haciendo de esta época un momento idóneo para acercarse hasta el territorio. Aunque es en el entretiempo cuando se puede disfrutar de esta paleta cromática, el resto del año se amplía y completa con otros tonos, que hacen igual de atractiva una visita a la zona. El verde es el protagonista del verano y los ocres, del otoño. Así, Valdejalón puede presumir de ofrecer al visitante una estampa única en cada estación.

El esplendor de estos tonos puede disfrutarse a través de los recursos naturales que ofrece la comarca. Los cultivos de frutales en las diferentes localidades, entre los que destacan las cerezas y ajos de Ricla o las manzanas y peras de La Almunia, Calatorao y Épila, bien merecen una visita. A las orillas del río Jalón, que da nombre al territorio, discurren numerosos paseos, en los que se pueden encontrar los azudes de Michén o Arapiel, la torca de Morata de Jalón, el meandro de Chodes o los Ojos de Pontil, caracterizado por los pequeños estanques que lo componen y de los que brota agua a 22 grados. También es en primavera cuando más agua contienen estas surgencias. Sin abandonar el cauce del río, se puede encontrar una Zona de Especial Protección para las Aves en los desfiladeros del término municipal de Chodes.

Los amantes del senderismo, y aquellos aficionados a la naturaleza pueden acercarse a la sierra de Algairén, desde Alpartir hasta Encinacorba, en el Campo de Cariñena, para dejarse cautivar por senderos de gran valor ecológico e impresionantes panorámicas. El alcornocal de Santa Cristina y las rutas hasta el santuario de Rodanas son otras propuestas. Además, se pueden visitar dos zonas arqueológicas declaradas Bienes de Interés Cultural:_los Chilos II, en Lumpiaque y la Cueva del Rocín, en Ricla.

Deportes y cultura

Estos recursos naturales forman parte del característico paisaje escarpado del entorno, ideal para la práctica de deportes como la escalada y el barranquismo. La comarca también ha apostado por la celebración de carreras populares entre las que hay citas tan consolidadas como la 10K de Calatorao para el Día de San Jorge, la subida a Rodanas, el medio maratón Comarca de Valdejalón, el trail de Mularroya, la Alpartilada y la San Silvestre, de Morata de Jalón. Otro de sus atractivos en el terreno deportivo son sus áreas de escalada, una de las mejores zonas de Europa para practicar este deporte, con más de quinientas vías de diversos niveles en Morata de Jalón y Chodes.

Para profundizar en la historia y la riqueza de este territorio, la comarca cuenta con diversos museos. Destacan el del Vino en Almonacid de la Sierra, el museo parroquial de La Almunia de Doña Godina y el de paleontología, en Ricla.

Tierra de monumentos

Junto a los recursos naturales, la comarca de Valdejalón se caracteriza por la monumentalidad de las construcciones que hay en las localidades que forman parte de la delimitación. Castillos, casonas e iglesias son los mejores exponentes del arte Mudéjar que predomina en la zona. Muestra de ello son las edificaciones de la torre de Ricla o la de la iglesia de Santa María de la Huerta, en el pueblo abandonado de Villanueva de Jalón. La comarca puede presumir, además, de custodiar una joya del arte Mudéjar: una de las pocas mezquitas de esta corriente artística que existen en Aragón y se encuentra en Calatorao. Otras destacadas construcciones son el castillo de Turbena, en Bardallur; el palacio de los Condes de Aranda, en Épila o la plaza Ochavada, de Chodes (declarada Bien de Interés Cultural en 2001). Tampoco pasa desapercibido el castillo de los Priores junto a la iglesia de San Bartolomé en Calatorao.

También merecen una mención los conjuntos históricos de las localidad de Morata de Jalón y de Almonacid de la Sierra. En el primero se encuentra el palacio de los Condes de Arguillo, que supuso la introducción al barroco civil en Aragón, mientras que en Almonacid se puede disfrutar del castillo de los Luna y de la monumental iglesia de la Asunción.

Motivos no faltan para acercarse hasta este territorio donde naturaleza y patrimonio arquitectónico y artístico conviven en armonía y muestran todo su esplendor en los 17 municipios que conforman la comarca.

El apunte: el pueblo abandonado de Villanueva de Jalón

A pesar del abandono y del expolio de las propiedades del pueblo, todavía queda en pie la torre mudéjar de la iglesia de la Virgen de la Huerta, declarada bien del Patrimonio Cultural Aragonés que, además, forma parte de los bienes mudéjares de Aragón que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001.

No dejes de ver...

Mesón de los 20 platos: en Almonacid de la Sierra se encuentra el Mesón de los 20 platos, conocido por su menú degustación en el que proponen 20 elaboraciones. En él se incluyen las singularidades de su cocina casera donde destacan los huevos rellenos, las salchichas al vino, las grandes albóndigas y el jarrete guisado. Los Ojos de Pontil: a un kilómetro de la localidad de Rueda de Jalón se encuentran los Ojos de Pontil, un humedal que destaca por sus estanques de los que brota agua a 22 grados. Su belleza radica en su especial manantial formado por un conjunto de ‘ojos’ y su vegetación de carrizales y salobrales.Anota en el calendario

El Carnaval de Épila: la comarca de Valdejalón cuenta con uno de los carnavales más especiales y conocidos de la provincia de Zaragoza, el de Épila. En la localidad, Don Zaputero (a quien se achacan todos los males), las Murgas y las Mascarutas (que utilizan una característica voz de pito para no ser reconocidas) toman las calles y las llenan de color y diversión. San blas en Santa Cruz de Grío: a principios de febrero, la localidad de Santa Cruz de Grío celebra sus fiestas en honor de San Blas. En estas celebraciones se conservan dos curiosas tradiciones: el baile del Santo, que sustituye su solemnidad por el animado ritmo de la charanga, o la carrera de Candiles, un circuito realizado hacia atrás intentando mantener encendido el candil que cuelga de las caderas.- Ir al especial 'Impulsa Aragón'