El veterinario zaragozano y experto en aves Enrique Pelayo tiene una página web que merece la pena visitar. ‘Pajareando en Zaragoza’ permite atisbar, a través de fotografías y textos del autor la fauna alada de la ciudad, en la que viven casi 90 especies con posible nidificación. "Y aún habría más, hasta alcanzar las 200 especies silvestres si se tienen en cuenta las que están de ‘visita’. A veces pasan por Zaragoza aves de otras zonas del mundo, como gaviotas de Groenlandia o de Canadá", señala.

Según Pelayo, Zaragoza es una ciudad privilegiada "gracias a sus cursos de agua (ríos como el Ebro, el Gállego o el Huerva, pero también el Canal Imperial), el trocito de estepa que todavía se conserva en los montes de Torrero, la cercanía de los galachos de Juslibol y de la Alfranca". Eso hace que tengamos un número muy alto de especies silvestres y muy variado. No existe un atlas de aves silvestres en la ciudad, aunque otras ciudades, como Barcelona, sí cuentan con un inventario. "Si conocemos la riqueza que nos rodea no solo podemos sentirnos orgullosos, también podemos preservar el entorno y evitar decisiones que pongan en riesgo esa biodiversidad".

En los últimos años, además, se ha incrementado la biodiversidad gracias a nuevas zonas como el Parque del Agua, "que cuenta con zonas de carrizo y surcos de agua y tiene ahora más interés ornitológico que cuando era un meandro dedicado a la agricultura", considera Pelayo. En ese aumento de la diversidad destaca la presencia de nuevas aves, como la paloma torcaz, que habitaba hasta el año 2000 en montes como el Moncayo o la Sierra de Alcubierre y que ahora forma parte del paisaje urbano de Zaragoza. "No supone ningún problema para la fauna, ni está arrinconando al resto de palomas o a los gorriones. Eso sí, a veces pueden resultar molestas porque sus excrementos son muy grandes y, según la dieta que tienen varía". Cuando se alimentan de los brotes de los olmos (en los meses de abril y mayo) van muy sueltas y suelen hacer más chandrío.

Para conocer estas aves, se organizan de manera gratuita rutas ornitológicas en el Parque Grande de Zaragoza. "Son cinco semanas a partir de primeros de mayo y otras cinco semanas cuando llega el otoño en las que, en grupos de 20 personas, se pueden observar las aves y reconocerlas", explica Luis Tirado, de SEO Birdlife Aragón. "Salimos de detrás del Batallador, a las 9.00, 10.30 y 12.00 y, con unos prismáticos que facilitamos, recorremos el paseo de los Bearneses hasta llegar a las Ocas. En ese recorrido se pueden ver hasta 15 o 20 especies distintas, lo que indica la buena salud del parque. Después, hacemos un anillamiento y los visitantes pueden ver de cerca las aves". También existen paseos guiados en el galacho de Juslibol (empiezan el 1 de marzo)y de la Alfranca (durante todo el año).

Algunas de las aves que se pueden ver en Zaragoza

Enrique Pelayo afirma que son muchas las aves que se pueden avistar a simple vista, pero elige cinco que le parecen curiosas, ya sea porque antes no anidaban en la capital aragonesa o bien por su canto o su belleza.

VERDECILLO. Pariente del canario, destaca por su color llamativo. Cantan continuamente, incluso en pleno vuelo. Crían en los árboles y se los puede ver en cualquier avenida. Algunos desaprensivos los cazan para después venderlos como aves cantoras, algo que es ilegal. Es una de las aves que pueden descubrirse en los paseos ornitológicos que organiza la asociación SEO/Birlife en el Parque Grande. (Imagen en la parte superior de la página)

PALOMA TORCAZ. Ha venido de sierras como el Moncayo o Alcubierre. Llegó a Zaragoza en el año 2000, atraída por la ausencia de depredadores.

Foto: Enrique Pelayo

ZORZAL CHARLO. Este pájaro canta incluso por la noche. En Zaragoza son muy confiados y se los ve por el césped, buscando lombrices.

Foto: Enrique Pelayo

CARBONERO COMÚN. Es habitual verlos por árboles, balcones, terrazas... Tienen un canto muy repetitivo, y por ello se lles llama también chichipán.

Foto: Paco Gómez

LAVANDERA BLANCA. Muy asociada a la ribera, nidifica en invierno en dormideros. En la rotonda de Cesáreo Alierta y Cº delas Torres se juntan por miles.

Foto: Conifer