Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

Cachitos de maltrato e insolencia

El programa de La 2 de TVE, ‘Cachitos de hierro y cromo’, ridiculizó la música pop de manera ofensiva en la primera noche del año.

Tina Turner
Tina Turner

Ya no es por el ‘Cachitos de hierro y cromo’ de la Nochevieja pasada –que, es cierto, destiló a chorros música facilona apta para el chiste pero también tuvo sus cachitos de exigencia-, es el de tantas y tantas ocasiones en que el programa de ‘recortitos’ musicales con cartelitos chuscos adosados lleva en antena. Me produce rubor.

Usar la música pop, como ya hizo en su día infamemente la pareja Summers-Susana Hernández en el programa ‘Mitomanía’ de TVE, para trabar chascarrillos, ahora en plan tuit, es ofender el trabajo de unas personas que han creado una canción y luego se la lucen en el escaparate de la televisión pública como si fuera un monito de feria, para reírse de ella y de su intérprete, una ridiculización indignante.

El catálogo de artistas con cierto crédito que fueron ofendidos no fue escaso. A Willy Deville se le faltó al respeto por su atuendo pirata, a Luz Casal y Manolo García por sus chaquetas, a Shakira por su trasero y su lío con Hacienda, a Suzy Quatro por su voz de Ducados, a Lone Star por el pecho despechugado de Pedro Gené, a Manolo Tena y Tina Turner por el pelo, a Golpes Bajos por su ‘lenguaje balleno’, a Joe Cocker por sus entradas capilares, a Manic Street Preachers por un disco de hace 20 años, a Franz Ferdinand por una camisa, a Andrés Dobarro por cantar en gallego en el franquismo, a Adamo y Raphael por su dentadura, a Esclarecidos por el micro dorado… Y a Los Rebeldes, en el colmo de la ignorancia, se les metió en la famosa Movida madrileña.

En TVE se ufanaron al día siguiente con esa idiotez de moda que es el ‘trending topic’ y la directora del programa salió campanuda y dijo en un medio digital: "Yo odio la corrección política y hemos apostado en el programa por no ser políticamente correctos, es uno de los grandes males de nuestros días. Quizá haya gente a la que le pueda molestar o no tener el mismo sentido del humor que nosotros, pero es lo que hay, no nos censuramos". ¡Lo que hay!, así con chulería, lo tomas o lo dejas, vino a decir la campanuda directora, que a lo que se ve la televisión pública es su corral y en él hace lo que le da la gana.

Pues no, oiga. Hay unos mínimos de respeto y educación, que una televisión pública debe salvaguardar como preciado tesoro. Usted, señora directora, puede ser todo lo políticamente incorrecta que quiera, pero no con el dinero de todos los españoles. Sus cartelitos, fraguados por una pareja de ¿cómicos? mientras tomaban churros, pueden gustar a la España irrespetuosa y cutre de siempre que ríe la zafiedad, la bobaliconería…, pero hay otra España que prima el respeto, las buenas formas, el humor inteligente, sin insultar, sin desmerecer el trabajo artístico bien hecho…, pero esa España que aguante tralla, que le den.

¿Qué pensarían algunos de los aludidos que ya no están con nosotros sobre esos cartelitos de guasa que le adosaron en un par de fotogramas televisivos? ¿O los que aún viven? ¿Se sentirían cómodos ante un tuit que les ridiculizaba? Da lo mismo que se tratase de Willy Neville, Los Brincos, Tina Turner, Bertín Osborne o Shakira. ¿Le preguntaron a ellos o a sus familiares antes de ‘guasearse’? Seguro que no. Sus chascarrillos, que usted, señora directora, defiende de manera supremacista -qué le vamos a hacer “si los demás no tienen el mismo sentido del humor que nosotros”- pueden ser, aparte de ofensivos, materia de código penal.

Y, en cualquier caso, si no se ofenden ni se defienden los aludidos, porque en muchos casos ya es imposible hacerlo desde un nicho o bajo una espesa capa de malvas, aún quedamos gente que sí nos damos por ofendidos, gente a la que nos irrita sobremanera que se utilice la música pop –por muy endeble que sea- como hilo argumental para una función circense de humor, para la sátira ofensiva y la insolencia.

Hacer música, crear una buena canción, es oficio más difícil de lo que parece, un trabajo muy respetable que no pueden maltratar unos tipos con “una pedrada en la cabeza”, como definió la presentadora a los dos autores de los textos, para hacer humor. Como dice una lectora de un periódico, irritada al igual que quien suscribe, ¿por qué no hacer lo mismo con la pintura, la literatura, la fotografía, el cine, la música clásica, la ópera, la tauromaquia... y, ya puestos, con los políticos, los presentadores de TVE, los programas deportivos...? A que no se atreven… ¿A que no ponen en la picota al presidente Sánchez y el Falcon, como dice un lector, dedicándole la canción ‘Voyage Voyage’, de Desireless, “porque ya sabemos que el que no corre "Vuela Vuela"?

Vivimos tiempos tronantes de vulgaridad y faltos de respeto. Vale todo, todo el mundo opina lo que le da la gana, si no cisca, en el basurero de las redes sociales. Uno será todo lo vetusto y antiguo que se quiera, pero más le gustaría ver un programa de canciones con calidad del pasado, bien seleccionadas y comentadas con ingenio y profesionalidad, con cierto didactismo a ser posible. Y, por supuesto, emitiéndolas enteras y no a bocaditos. Ya…, pero tendría menos gracia y menos audiencia…; sí, pero más respeto.

Eso, lo sugerido anteriormente, antes que destrozar el pasado de forma tan burda e irresponsable, faltando al respeto a un arte popular como el de la música pop. Pero no sé si hoy en la TVE de la decepcionante Rosa María Mateo y ayer en la de Rajoy, habrá un cachito de cromo inteligente para comprender principio de hierro tan elemental.

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