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Cienfuegos, el sabio sin libros ni gloria

Cuentan que el turiasonense Bernardo de Cienfuegos era capaz de explicar el nombre y propiedades de todas las plantas que encontraba a su paso...

bernardo de cienfuegos
Una de las plantas ilustradas por Cienfuegos
Bernardo de Cienfuegos

>> Siglo XVII. Cuentan sus coetáneos que Bernardo de Cienfuegos (Tarazona, 1580-Madrid, 1640) era capaz de explicar el nombre y propiedades de todas las plantas que encontraba a su paso. Su intuición resultaba sorprendente y naturalistas posteriores se han asombrado al comprobar que el aragonés dedujo que las plantas podían tener sexualidad y realizar mutaciones. Sin embargo, y a pesar de escribir siete cuadernos ilustrados con más de mil dibujos, Cienfuegos nunca pudo ver publicados sus trabajos, que hoy se guardan como un tesoro en la Biblioteca Nacional. Pero la sabiduría de Cienfuegos nunca llegó a perderse. Naturalistas europeos, como Cavanilles o Jusieu, ensalzaron cien años después sus trabajos, y el botánico Ignacio de Asso recogió parte de los datos de la obra inédita de Cienfuegos , "Historia de las plantas", para completar sus trabajos.

Críticas a los poderosos

Cienfuegos defendía la sabiduría popular por encima de los "filósofos de cláusulas" y arremetía duramente contra los médicos de la época, "gente expuesta a la ganancia, más mercaderes logreros que médicos". También criticó al rey Felipe IV, que tenía abandonado el Jardín Botánico de Madrid que con tanta ambición había impulsado Felipe II. Quizá por verter tantas críticas, acabó sus días en la mayor de las pobrezas y con la amargura de no haber difundido sus conocimientos.

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