Una jornada para mejorar la salud del planeta

Cada 21 de octubre, la celebración de esta cita pretende concienciar a la población del daño provocado por el desperdicio continuado de los recursos energéticos y de su impacto negativo en el medioambiente y en el futuro de todos

Los molinos de viento generan energía limpia.
Los molinos de viento generan energía limpia.
Unsplash

Contribuir a reducir el impacto en la salud del planeta. Este es el objetivo que, cada 21 de octubre, persigue la celebración del Día Mundial del Ahorro de Energía, una jornada dedicada a la reflexión sobre el daño provocado por el derroche continuado de los recursos energéticos y el efecto negativo que este ocasiona en el medioambiente y en el futuro de todos.

Se trata, además, de una iniciativa para concienciar e intentar equilibrar la balanza de la contaminación provocada por los gases de efecto invernadero. Así, instando a la población a gastar menos energía, se pretende reducir su producción, basada en la quema de combustibles fósiles –contaminantes– que también son recursos naturales. Esta fecha pone el foco sobre los actos cotidianos que, de manera inconsciente e involuntaria, suponen un derroche innecesario de este bien escaso y muestra que, adquiriendo una serie de pequeños hábitos, es posible contribuir a la mejora del entorno utilizando las alternativas de ahorro sostenibles.

Un compromiso de todos

A nivel individual, todos los habitantes del planeta pueden llevar a cabo prácticas con las que reducir la huella ecológica colectiva. Utilizarlos medios de transporte públicos, compartir el vehículo privado o decantarse por alternativas sostenibles, como la bicicleta, son algunos de los pequeños gestos con los que se consiguen aminorar las emisiones contaminantes.

Por otro lado, los hogares son uno de los lugares donde más se malgasta este bien escaso. Para invertir esta tendencia, solo hay que tener en cuenta algunas recomendaciones. A la hora de elegir la iluminación más adecuada para la vivienda, las bombillas de bajo consumo, frente a las tradicionales, son la opción más ecológica. En cuanto a la selección de los electrodomésticos, siempre hay que tener en cuenta la etiqueta energética, una herramienta informativa que permite saber de forma rápida y sencilla la eficiencia de los aparatos. Esta lista se basa en una escala de clasificación por letras y colores, que va desde la A y el verde, para los equipos más eficientes, a la D y el rojo, para los menos eficaces.

Para evitar que los electrodomésticos sigan consumiendo mientras no se están utilizando con el denominado ‘stand by’, es recomendable hacer uso de una regleta que permita desconectarlos por completo de la corriente eléctrica. También es aconsejable desenchufar los cargadores de los dispositivos electrónicos cuando estos no se encuentran conectados. En cuanto a la calefacción, cerrar bien las puertas y ventanas de las diferentes estancias del hogar es la mejor opción para no tener que encender los radiadores y aires acondicionados, ya que ayuda a estabilizar la temperatura del ambiente. En el baño, cerrar el grifo cuando no se está bajo el agua tiene un doble beneficio: no se produce un malgasto de energía ni un derroche. Mientras se cocina, utilizar el calor residual del horno, no abrirlo durante su uso, introducir los alimentos para descongelarlos en la nevera o utilizar la olla a presión son otros de los pequeños gestos que contribuyen a mejorar la salud del planeta.

Consejos para construir un entorno mejor

Para reducir el derroche de energía en el hogar, solo hay que seguir unas recomendaciones que, integrados en las prácticas cotidianas, consiguen evitar el malgasto.

En la cocina es recomendable utilizar el calor residual del horno, introducir los alimentos en la nevera para descongelarlos, usar ollas a presión en lugar de otros aparatos y tener en cuenta la etiqueta energética a la hora de elegir un nuevo electrodoméstico. Para reducir el consumo de energía en el baño, cerrar el grifo cuando no se está bajo el agua, además, ayuda a no derrochar este bien escaso. Los aparatos en ‘stand by’ siguen consumiendo energía a pesar de no encontrarse en uso. Por eso, la mejor opción es emplear una regleta que permita desenchufarlos cuando no se están utilizando. También es aconsejable guardar los cargadores de los dispositivos electrónicos cuando estos no se encuentran conectados a la corriente. Para retener el calor, cerrar puertas y ventanas y extender las cortinas es la mejor práctica para mantener la temperatura del hogar.