¿Por qué elegir un buffet para comer en una celebración familiar?

¿Por qué elegir un buffet para comer en una celebración familiar?

La calidad de la oferta gastronómica y la posibilidad de que cada comensal deguste aquello que le apetezca son las consignas del restaurante Las Palomas, ubicado en la plaza del Pilar, donde ofrecen su conocido buffet de mediodía y su gran buffet de tapas por la noche.

Las migas son uno de los platos estrella del buffet.
Las migas son uno de los platos estrella del buffet.
Restaurante Las Palomas

Decidir dónde comer o cenar para una celebración familiar, con compañeros de trabajo o con un grupo numeroso de amigos no es nada fácil. Están aquellos a los que les apetece probar la gastronomía internacional y, en el otro extremo, los que quieren saborear lo mejor de la cocina local. También hay quienes tienen intolerancia a algunos alimentos y los niños que, en su mayoría, aún no han formado su gusto en los nuevos sabores de la oferta gastronómica actual. Conscientes de ello, en Las Palomas apuestan por una opción apta para todos los paladares: el buffet, donde cada comensal elige aquello que le apetece comer.

Teresa Vaquer, gerente del restaurante Las Palomas, defiende la opción de buffet para todo tipo de celebraciones numerosas, desde cenas familiares hasta bodas y comuniones. "Esta alternativa es más sencilla al no tener que decidir el menú y, además, hay comida a gusto de todo el mundo para que cada comensal pueda elegir", explica Vaquer. La gerente apoya el formato buffet incluido dentro de la tendencia nupcial de ofrecer banquetes más informales. Otra de las ventajas de este tipo de comida es el precio, ya que "es bastante más económico y con una relación calidad/precio muy competitiva", indica Vaquer. Es en este ámbito donde ofrecen flexibilidad para personalizar cualquier festejo según los gustos del cliente. "En el servicio de buffet se puede añadir marisco, costillas, cordero... Además, ofrecemos servicios especiales de mantelería, bodega especial, zona de baile y barra libre...", detalla.

La celebración de bautizos también encuentra en el buffet uno de los mejores formatos para agasajar a los invitados. "Es una fórmula muy buena porque, si es por la tarde, se prepara una merienda cena con el buffet de tapas", señala Vaquer. En muchos de estos acontecimientos, los niños son los protagonistas y, por ello, son los clientes favoritos para el restaurante Las Palomas, tal como señala su propietaria. "Como se sirven ellos mismos lo que quieren, se sienten más importantes. Además procuramos guardarles un lugar en el buffet a sus platos preferidos: pizza, alitas de pollo, pasta, la fuente de chocolate..."

¿Cómo hay que comer cuando hay buffet?

"Cuando llegan los comensales suelen comer por los ojos. Desde aquí les recomendamos que primero echen un vistazo a todo el buffet y que prueben la mayor cantidad de elaboraciones", aconseja Vaquer, quien insiste en que siempre hay que dejar un hueco para el postre (en Las Palomas ofrecen más de 50 propuestas para poner el broche de oro a una gran comida). Antes de llegar al plato final, se puede elegir entre una amplia oferta gastronómica mediterránea, donde destacan los platos clásicos: los asados, la paella, o las migas, una de sus recetas estrella. "Nos gusta darles a nuestros clientes una pincelada de los sabores locales, tanto a los turistas para que los conozcan, como a los aragoneses para que los recuerden, porque la cocina tradicional se está perdiendo con los nuevos hábitos de vida".

Esta variedad se puede degustar en el buffet de mediodía, donde hay elaboraciones como ensalada de pulpo, melón con jamón, quesos y jamón de Aragón, langostinos cocidos, croquetas, menestra, macarrones, migas, lasañas, albóndigas... O en el buffet de tapas, la propuesta nocturna de Las Palomas donde saborear las tapas de siempre: cucharitas de pulpo, madejas, mejillones a la marinera, huevos rotos, embutidos y las últimas creaciones...

Para que el comensal siempre tenga las elaboraciones recién hechas y a su alcance, el establecimiento cuenta con un equipo de cocina "muy potente", según define Vaquer. La gerente puntualiza que las bases de las recetas están ya preparadas, pero se hace todo al momento para no desperdiciar comida. El éxito de esta fórmula se explica en la extensa experiencia del equipo, a la que hay que añadir la excelente ubicación del restaurante: en plena plaza del Pilar. "El restaurante es de los más antiguos de Zaragoza, ya que funciona desde los años 70. Nosotros lo traspasamos en el año 2000 y, desde entonces, mantenemos la filosofía de un gran negocio con esencia familiar, con cocina moderna pero sin perder de vista lo clásico, pendiente de cada cliente y con atención personalizada", sentencia Vaquer.