El Estado presupuesta por cuarta vez la reforma del Pabellón de España, sin uso desde 2008

Una aportación que nunca se ha materializado en una adjudicación de la obra y que ha ido variando con el paso de los años.

El pabellón de España está vallado para evitar el vandalismo y la caída de cascotes procedentes de la parte superior de las columnas.
El pabellón de España está vallado para evitar el vandalismo y la caída de cascotes procedentes de la parte superior de las columnas.
Oliver Duch

El Gobierno central ha presupuestado por cuarto año consecutivo las obras de rehabilitación que precisa el Pabellón de España del recinto Expo. El inmueble, una de las joyas arquitectónicas que dejó la muestra internacional en la capital aragonesa, ha tenido desde 2012 una casilla y un crédito incial en los Presupuestos Generales del Estado para adecuarlo a un nuevo uso.


Una aportación que nunca se ha materializado en una adjudicación de la obra y que ha ido variando con el paso de los años. En primera instancia tuvo comprometidos más de 3.100.000 euros; un año más tarde, en 2013, esta cifra se rebajó en un millón. El pasado curso, el montante presupuestado cayó hasta el 1.100.000 euros y este 2015 el crédito inicial ha repuntado de nuevo hasta alcanzar el 1.700.000 de euros.


El coste que el año pasado suponía la adecuación del edificio "superaba ligeramente los dos millones de euros", según señalan fuentes de Hacienda, una inversión que debería afrontar la Dirección General de Patrimonio del Estado.


Los sucesivos proyectos de reforma han corrido a cargo de Patxi Mangado, arquitecto del emblemático edificio. En el último se recogían obras de gran calado: instalación de ascensores, colocación de suelos técnicos, nuevas separaciones en los diferentes pisos... y otras de menor envergadura: nuevas instalaciones eléctricas, canalización para redes de cableado y un sistema antiincendios.


Una serie de intervenciones pensadas para que el edificio, integrado por varios espacios diáfanos, pudiera destinarse a la docencia de posgrados. La Universidad de Zaragoza desechó finalmente la idea debido al elevado coste que le supondría mantener el inmueble.


No son las únicas actuaciones que deberían acometerse antes de dar vida al edificio. La fachada del edificio precisa de un importante lavado de cara tras perder buena parte de las placas que la revestían. Hacienda gastó 60.000 euros el pasado verano en reparaciones y por ello la Abogacía del Estado, con un dictamen del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja en la mano, demandó a la empresa constructora.Deterioro

Además, el último proyecto subraya el mal estado del estanque exterior, muy estropeado tras no usarse durante los últimos cinco años. Hace un año y medio se procedió a la retirada de las piezas cerámicas superiores del Pabellón para evitar el riesgo de desprendimientos y la posible afección a personas o bienes tras la apertura de la Ciudad de la Justicia. Desde la finalización de la Expo se han desprendido 55 piezas y 61 más quedaron en un estado precario debido al sistema de fijación empleado, mediante bridas de tipo plástico. Las piezas pesaban entre los 7,8 y 12,6 kilos y se desprendieron de una altura de entre 11 y 16 metros, lo que entrañaba un claro riesgo.


El Gobierno Central abonó desde 2008 hasta 2011 alrededor de 400.000 euros para el mantenimiento del inmueble, cifra que se redujo a 50.000 en 2012 y 2013. El futuro ocupante -señalan fuentes oficiales- debería hacerse cargo de una cifra superior, ya que actualmente no se paga nada por la climatización y el suministro eléctrico contratado es el mínimo. Los gastos de mantenimiento, por tanto, se dispararían sólo con ocupar el edificio.