La Facultad de Medicina de Zaragoza, obligada a incinerar los cuerpos donados a la ciencia

Una normativa europea ha reducido el formol de la fórmula de embalsamar los cuerpos por ser una sustancia cancerígena de nivel 1.

Sala de disección de la Facultad de Medicina
Sala de disección de la Facultad de Medicina
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El departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza se ha visto obligado a incinerar los 29 cadáveres donados a la ciencia con los que contaba. El reglamento 605/2014 de la Unión Europea, que entró en vigor el 1 de abril de 2015, establece al formaldehído, compuesto con el que se embalsaman los cuerpos, como cancerígeno de grupo 1B y mutagénico 2; lo que significa que el formol es una sustancia que puede provocar cáncer y defectos genéticos en los seres humanos. 


Por este motivo, y al no cumplir con la normativa, la Universidad de Zaragoza ha tenido que deshacerse de los 29 cuerpos embalsamados con la fórmula antigua, que contiene entorno al 30% de formol, y empezar a utilizar la nueva mezcla para embalsamar los cadáveres donados que entren en la Facultad. 


"Desde abril, como medida de protección para la salud tanto de alumnos como de profesores y trabajadores, se recogieron todos los cuerpos de la sala de disección y no se han vuelto a utilizar", comenta Silvia Andrés, técnico de disección humana de la Facultad de Medicina. En la actualidad, la Universidad de Zaragoza dispone de seis cadáveres embalsamados con la nueva fórmula en las cámaras de conservación del Departamento. Huesca cuenta con uno de ellos. "La Facultad de Medicina de la Universidad del País Vasco nos ha cedido de forma gratuita estos cadáveres", señala Andrés agradecida.


La nueva fórmula, propuesta por la Universidad de Cambridge y que ya

utilizan muchas de las Universidades españolas, "no está libre" de formol, explica la técnico de disección humana que dice, todavía "contiene un 7% de esta sustancia". Además, se han introducido otros compuesto, como el fenol que "no es inocuo, ya que es un químico más inflamable que el formaldehído", advierte Andrés: aunque "son menos perjudiciales y las concentraciones son menores".

Instalaciones adaptadas a la nueva fórmula 

Por ello, en la sala de disección de la Universidad se están llevando a cabo obras de acondicionamiento para adecuar las instalaciones a la nueva fórmula de embalsamar. En concreto, se tiene que cambiar el sistema eléctrico de las neveras donde se guardan los cuerpos donados, que están en conservación   durante un periodo de dos años. "Los motores de estas cámaras frigoríficas tienen que ser herméticos para que, en caso de que salten chispas, no prenda por la concentración de fenol", comenta Juan de Dios Escolar, profesor de anatomía de la Facultad de Medicina. "Se está estudiando y trabajando en acondicionar la sala", apunta Escolar. 


También es necesario sustituir el sistema de ventilación. Los extractores de la sala de disección están ubicados debajo de las mesas donde se coloca el cadáver para practicar con él. El motivo es que el formol es un líquido que pesa más que el aire y, al descender, los extractores tenían que estar más cerca del suelo. Con la nueva mezcla, el compuesto fenol, que pesa menos que el aire y sube hacia arriba, los extractores deben estar en la parte alta de la sala para eliminar los vapores. 


Los sudarios, las bolsas donde se guardan los cadáveres en la cámara frigorífica, también se han tenido que modificar. "Los nuevos sudarios están sellados para que los vapores queden dentro de la bolsa y el cuerpo no se deteriore. Los antiguos eran porosos", explica Silvia Andrés. 


Además, "el fenol es una sustancia más volátil y su olor es molesto. No es tóxico en sí, pero tiene un hedor fuerte a químico", señala el profesor Escolar. Por ello, continúa, "es muy importante que las puertas y ventanas de la sala de disección se mantengan cerradas para que los ventiladores puedan aspirar estos químicos". 

Los alumnos de primero, sin prácticas de anatomía con cadáveres

En 2014, la técnico de disección de la Facultad junto a otras personas del departamento embalsamaron dos cadáveres con la nueva fórmula pobre en formaldehído. Pero, dado que los cuerpos necesitan permanecer dos años conservados en frío para que los tejidos queden bien fijados, todavía no se pueden emplear para la formación en anatomía de los futuros médicos


Los alumnos de primero de Medicina de la Universidad de Zaragoza se sienten "indignados, enfadados y tristes" por este hecho. No han podido realizar la técnica de la disección en cadáver de la extremidad superior, cabeza y cuello, como se indica en su guía docente.


"Queremos aprender de forma práctica como lo han hecho nuestros compañeros", reclama C.E., estudiante de Medicina de primer curso, que achaca el problema a la falta de previsión de la Facultad. "Desde el inicio de curso se sabía la entrada en vigor del cambio de fórmula", critica C.E., que asegura que "está en proceso una queja a la Defensa del Estudiante".