Tarazona restaura su comparsa de cabezudos, entre las más antiguas del país

La presentación coincidió con las fiestas de San Atilano, una celebración de carácter cultural.
Los vecinos honraron ayer al patrón con una misa en la catedral

Turiasonenses de todas las edades vieron de cerca los once cabezudos restaurados.
Tarazona restaura su comparsa de cabezudos, entre las más antiguas del país
Fernando Orte

Los cabezudos de Tarazona recuperan su esplendor. La comparsa es una de las más antiguas de España y acaba de ser restaurada. El resultado se presentó este fin de semana, con la exhibición de las cabezas de cartón piedra que la componen: ‘El Morico’, ‘Tío Mingrana’, ‘La Chula’, ‘Gerinelda’, ‘La bella Dorita’, ‘Draculina’, ‘Draculín’, ‘Verrugón’, ‘El Rabaneta’, ‘El Sacamuelas’ y ‘La Colorines’. De estos dos últimos, además, se han hecho sendas reproducciones.


"Los cabezudos se remontan a 1930, casi cien años, y los gigantes –‘Reina mora’ y ‘Rey chino’- son del siglo XVII", destacó el concejal de Festejos. Según Julio Gracia, con las dos copias realizadas se pretende reducir el peso de la estructura para que puedan salir sin problemas en las fiestas patronales de agosto, acompañando las procesiones.


El Consistorio turiasonense quiere preservar estas figuras estrechamente ligadas a los festejos mayores de la ciudad. De hecho, tiene previsto organizar un curso para enseñar los bailes que realiza la comparsa. Incluso en noviembre Tarazona acogerá una concentración con gigantes y cabezudos de todo Aragón.


La presentación tuvo lugar en un contexto festivo como las fiestas de San Atilano, organizadas por el Ayuntamiento de Tarazona y varios colectivos de la ciudad para conmemorar el santo patrón, cuya festividad se celebró ayer. La catedral acogió la misa a la que acudió la corporación municipal bajo mazas, oficiada por el deán del Cabildo, José María Cerralbo.


Entre los actos más multitudinarios destacó el concierto que ofreció Chenoa en la plaza de toros vieja en la noche del sábado. Ese día, se repartieron casi mil bollos dulces en forma de pez, en alusión a la leyenda de San Atilano, en colaboración con la asociación de comerciantes y el centro de cultura popular. Las encajeras no faltaron a la cita y realizaron bolillos en plena calle.


Hubo actividades para todos los públicos, incluido el infantil, con castillos hinchables en el paseo y títeres en el claustro de la catedral, ofrecidos por la Fundación Tarazona Monumental. Esta entidad aprovechó para celebrar ayer el día de la arquitectura, con una visita por diferentes monumentos que atrajo a un centenar de personas. La banda de música de Tarazona puso el broche con un concierto en el patio del palacio de Eguarás.