Separar y reciclar los residuos en el vertedero de Calatayud encarecería el servicio un 50%

El consorcio debe decidir si construye una planta de tratamiento o paga por llevarlos a otro sitio, opción que también subiría el recibo de la basura

Las cinco comarcas que llevan sus basuras al vertedero de Calatayud –Comunidad de Calatayud, Campo Daroca, Aranda, Valdejalón y Campo de Cariñen–deben decidir si impulsan la construcción de una planta de tratamiento que encarecería el recibo de la basura un 50%. La otra opción, llevar los residuos a otra instalación, también elevaría los costes del servicio.


Aragón genera cada año 503.141 toneladas de residuos domésticos. La ley obliga a que antes de 2020 como mínimo la mitad de todos esos desechos sean reutilizados, lo que obliga a separar y reciclar el metal, el vidrio, el plástico y la materia orgánica que llega a los vertederos sin ir a parar a los distintos sistemas de recogida selectiva. La gestión de los residuos domésticos es de competencia municipal y en Aragón hay ocho vertederos supracomarcales: los de Huesca, Barbastro, Fraga, Ejea, Zaragoza, Calatayud, Alcañiz, Teruel. Sin embargo, solo el de la capital cuenta con instalaciones para separar la fracción reciclable no puede absorber las basuras de toda la Comunidad. Por eso hay que buscar soluciones para tratar y reutilizar el 30% de las basuras generado en el resto del territorio.


Antes del 1 de enero de 2015, las agrupaciones para la gestión de los residuos deben comunicar a la DGA qué es lo que plantean para cumplir con el objetivo del 50%. La número 5 propone la construcción de una planta de reciclaje en Calatayud, junto al vertedero actual.


Según el presidente del consorcio que gestiona esa agrupación, Arturo Yagüe, antes del verano las comarcas deberán pronunciarse sobre si quieren hacer la nueva planta, una vez que han conocido el estudio de viabilidad y el anteproyecto que se han redactado.


El presupuesto de construcción de las instalaciones asciende a 15,3 millones de euros y se han calculado unos costes fijos de explotación para tratar 40.000, 60.000 y 100.000 toneladas año. Estos variarían sobre todo por la plantilla necesaria: 27 puestos de trabajo y 554.000 euros anuales en la primera opción o 38 empleos y 763.000 euros en la segunda –las más probables–.


Los costes variables serán los de la propia explotación del vertedero, la gestión de los residuos no reutilizables, el mantenimiento de las plantas de transferencia y la construcción y el sellado de nuevas celdas. De salir adelante este proyecto, que difícilmente contará con financiación de la DGA, la empresa que construya la planta de reciclado la explotará por 20 años para recuperar la inversión a través del canón que perciba. Aunque podrá haber bajadas, esa cantidad se fijará en 54 euros por tonelada tratada.


Sea cual sea la decisión final, la tasa que los ayuntamientos cobran a los vecinos por la recogida de basuras subirá, porque se tendrán que cubrir gastos de reciclado que ahora no existen. De llevarse las basuras a Zaragoza, el coste previsto por tonelada es de 63,83 euros.


Ahora, sin tratamiento de residuos, cada habitante de estas comarcas paga 33,94 euros año. Si la agrupación número 5 impulsa su propia planta, pasarán a pagar 50,78 euros año, es decir la recogida y tratamiento de basuras se encarecerá prácticamente un 50%. "Se aplicará el principio de solidaridad para que todos paguemos lo mismo independientemente de la distancia", señala Yagüe. Llegado el momento, se hará una selección para formar la plantilla.


Algunos alcaldes socialistas, como el de Tobed, Juan Antonio Sánchez, consideran "precipitado" el proyecto y lamentan que "como ninguna institución subvenciona la construcción, al final como siempre tenga que pagar el ciudadano".