Belchite pide fondos para la conservación del pueblo viejo

Una comisión de arquitectos denuncia el riesgo de derrumbe del convento de San Rafael.

Imagen de la fachada del convento de San Rafael.
Imagen de la fachada del convento de San Rafael.
Apudepa

Entre el patrimonio aragonés, existe un conjunto histórico que tiene una importancia universal para la memoria del siglo XX. Ese recinto, joya histórica y cultural, es el pueblo viejo de Belchite.


La Asociación de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés, Apudepa, así como el Ayuntamiento de Belchite, vienen solicitando desde hace años la adopción de medidas que garanticen la conservación del pueblo viejo, declarado Bien de Interés Cultural.


Recientemente, una comisión de arquitectos e historiadores del arte se desplazó a la localidad para analizar la situación actual de los edificios que todavía se mantienen en pie, concluyendo que existe un riesgo elevado de derrumbe en varios de ellos y que son precisos trabajos urgentes.


Preocupa especialmente el estado de la hermosa fachada barroca del convento de San Rafael, cuya fachada amenaza con derrumbarse, el de la torre de la iglesia de San Agustín, que requiere de refuerzos para evitar el colapso del cuerpo superior, y el de las cúpulas de la iglesia de San Martín.


Según señalan desde Apudepa, la comisión concluyó que, "sin ninguna duda, es técnicamente posible actuar para garantizar la conservación de todos los inmuebles, pero que conviene que los proyectos, por su complejidad, sean dirigidos por profesionales con la suficiente experiencia en el campo de la restauración".


"La información aportada por el grupo de arquitectos coincide con lo que el Ayuntamiento lleva tiempo diciendo. Hay algunos edificios, sobre todo el convento de San Rafael, que podrían caerse en cualquier momento si no se pone remedio", explica Juan Carlos Salabera, director técnico de Turismo en Belchite, quien valora que "lo extraño es que siga en pie".


Tal y como indica, "el convento permanece al margen del circuito turístico que se hace por el pueblo viejo y la intención es que una vez que se apuntale pueda ser reincorporado".


Para ello, tanto Salabera como Apudepa ven necesaria la colaboración de las administraciones, especialmente la de la Diputación General de Aragón y la Diputación Provincial de Zaragoza, con una asignación urgente de los fondos para llevar a cabo las actuaciones de conservación y mantenimiento.