La trágica historia de Mariana, la mujer búlgara asesinada por un okupa en Zaragoza

Huérfana y madre joven, dejó su país hace 20 años en busca de un futuro en Aragón, donde el pasado viernes acabaron de forma violenta con su vida.

Mariana, víctima del crimen de la calle Boggiero en Zaragoza.
Mariana, víctima del crimen de la calle Boggiero en Zaragoza.
Francisco Jiménez

Se llamaba Mariana y hubiera cumplido 41 años el próximo 1 de noviembre, pero un hombre con un largo historial delictivo y al que todavía no está claro cómo conoció se encargó de evitarlo dándole muerte en Zaragoza. Lo hizo la tarde del pasado viernes, 3 de mayo, en un edificio abandonado del barrio del Gancho donde el propio homicida, José Miguel O. C., de 50 años, vivía como okupa.

La Policía Nacional supo del hallazgo del cadáver de la mujer apenas dos minutos después de la medianoche del viernes al sábado. El cuerpo se hallaba en plena calle, junto al acceso al número 152 de la calle Boggiero. Pero como después averiguó el Grupo de Homicidios, el crimen se había producido en el interior del edificio entre diez y doce horas antes.

Según el informe remitido al juez por la Policía, la víctima se precipitó a un patio de luces desde la segunda planta del inmueble, una zona abierta que solo contaba con una malla de plástico de color naranja a modo de protección. Pero en dicho lugar se hallaron rastros de sangre, lo que apunta a que hubo una “acción traumática de carácter violento” previa a la caída.

Los investigadores dieron pronto con el presunto asesino, pero ¿quién era la mujer fallecida y cómo había llegado hasta allí? Tirando del hilo y hablando con unos y con otros, la Policía descubrió que se trataba de Mariana V. N., nacida en Sofía (Bulgaria) pero afincada en España desde hace unas dos décadas. Se quedó huérfana siendo todavía muy joven, por lo que fue un tío suyo quien se encargó de su crianza.

Madre de una niña de 11 años

Mariana también fue madre de su primer hijo a una edad temprana. Pero parece que cuando ella decidió dejar su país el pequeño se quedó con la familia paterna. La noticia del hallazgo del cadáver de una mujer de 40 años en El Gancho hizo que un hombre se presentara horas después en dependencias de la Policía Nacional en Zaragoza diciendo que creía saber quién era la víctima. Como después se confirmó, esa persona era su primera pareja sentimental en España, a quien conoció en 2009 y con quien tuvo otra hija que ahora tiene ya 11 años.

La relación entre Mariana y este hombre se rompió definitivamente en 2017. Pero como él mismo indicó a los agentes, “la semana anterior” la había visto en compañía de un hombre en la calle San Pablo. Puede que ese hombre fuera su actual pareja, un sintecho que pernocta en un pequeño asentamiento chabolista ubicado en el parque Lineal del Ebro, junto al puente de La Almozara, en el paseo de Echegaray y Caballero.

Cuando se produjo el crimen, el compañero sentimental de la víctima había sufrido un infarto y se encontraba ingresado en el Hospital Provincial de Zaragoza. “No tenía nada en el mundo, pero lo que tenía lo daba, era una persona muy buena y muy humilde”, contaba él mismo a HERALDO el pasado domingo junto al lugar del crimen. Porque al enterarse de lo ocurrido, el hombre pidió de inmediato el alta voluntaria para intentar saber qué había pasado. “Quiero que se averigüe lo que ha ocurrido y que quién le haya hecho esto a mi mujer lo pague”, exigía.

Vivió y estudió en Huesca

El último domicilio conocido de Mariana se situaba en Huesca capital, donde parece que también estudió en el colegio público Pío XII. Allí habría recibido también ayuda de Cruz Blanca Aragón, organización con la que según escribía la propia víctima en redes sociales llegó a trabajar en 2022. Sin embargo, hace alrededor de un año esta mujer decidió trasladarse a Zaragoza, donde conoció a su nueva pareja. Algunos de los acampados en las chabolas levantadas junto al Ebro contaron a la Policía que conocían a Mariana y que incluso había ido con ellos a pedir por la calle.

La víctima arrastraba serios problemas de adiciones a las drogas y su salud estaba muy deteriorada. Hasta el punto de que había protagonizado varios episodios autolíticos y estaba bastante medicada. Al margen de su hija, menor de edad, no hay constancia de familiares directos en España, por lo que tras este trágico final serán sus allegados en Bulgaria quienes decidan qué hacer con su cadáver.

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