La Policía Nacional frustra la huida de un agresor que llegó a lanzarse al río Huerva en Zaragoza
El detenido está acusado por un delito de lesiones tras haber golpeado a una mujer que presenta heridas en la cabeza.
Primero agredió a una mujer en cuya casa se encontraba y después, queriendo huir de los agentes que le perseguían, saltó al río Huerva, de donde hubo que convencerle para que saliese. La Policía Nacional detuvo a primera hora de la mañana de este miércoles en Zaragoza a un hombre de 35 años al que se acusa de un delito de lesiones y que cuenta en su historial delictivo con 35 antecedentes entre los que figuran todo tipo de ilícitos. La víctima, con heridas en la cabeza, fue trasladada al Hospital Miguel Servet. En principio, su estado no revestiría gravedad.
Un poco antes de las 6.00, la Policía Nacional acudió a un bloque de viviendas de la calle Doctor Blanco Cordero, en el barrio de Tenerías, tras recibir un aviso de los vecinos. Estos habían llamado alertados por los ruidos y gritos que se escuchaban en un piso. "Por momentos muy angustiosos", reconoció uno de ellos.
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Antes de presentarse los agentes, el posteriormente detenido salió corriendo con, según alguno de los testigos, un arma blanca en la mano. Los policías, con la descripción que se les facilitó, comenzaron su búsqueda. Dieron con él y se inició una persecución por varias calles. Al llegar al Huerva, en la zona de de la desembocadura, el agresor no se lo pensó y se lanzó al río. Ya una vez en el agua, aún a baja temperatura en estas fechas, y tras desistir de alcanzar la otra orilla, los agentes lograron que entrase en razón para salir y entregarse sin necesidad de entrar ellos en el cauce.
Hasta el lugar se desplazaron también efectivos de Bomberos de Zaragoza con una ambulancia y un furgón con equipos acuáticos. Junto a los policías estuvieron buscando durante parte de la mañana en el lecho una mochila que el detenido portaba, de la que se habría desprendido una vez en el agua y que podría ser relevante en la investigación.
El hecho de que, en principio, entre la agredida y el agresor no medie ningún tipo de relación sentimental hace que los hechos no sean tratados como un caso de violencia de genero.
