Nueva tienda en la efervescente ruta vintage de Zaragoza
La costumbre de comprar ropa que no sea nueva ha venido para quedarse y se amplía con nuevas tiendas.
El año que viene hará 20 años de la apertura de la que fuera la primera tienda en Zaragoza dedicada al 'vintage', Cool Hunter. Pionero, el comercio continúa con las puertas abiertas, con los mismos dueños pero orientada a la ropa multimarca de diseño. Cool Hunter fue una experiencia primigenia en torno a una cultura diferente de consumo que, finalmente, acabó floreciendo.
Cool Hunter hizo una gran tarea divulgativa del 'vintage', entonces prácticamente desconocido por estos lares. La costumbre de vestir ropa recuperada es, dos décadas después, algo más que una moda, es una manera más de surtir el armario que responde a motivaciones tan variadas como perfectamente compatibles que van desde la sostenibilidad (comprando prendas ya existentes y no alimentando aún más la industria textil, entre las más contaminantes del planeta) a la pura tendencia (el vintage y, sobre todo algunas marcas, son objeto de deseo dentro una clientela eminentemente joven). Así, a estas alturas puede decirse que el concepto 'vintage' ya no es en absoluto unívoco y que, de la misma manera, tampoco lo son los diversos negocios que hoy en día componen una ya muy amplia ruta en la capital aragonesa.
Revibe (Arzobispo Apaolaza, 11) en Zaragoza
La última incorporación es de hace apenas unos meses. Se trata de Revibe, un pequeño local perfectamente situado en la órbita universitaria, en concreto en el número 11 de la calle de Arzobispo Apaolaza. De aire eminentemente juvenil, las prendas de estética deportiva conforman gran parte de la oferta: hay polos de marcas como Adidas, Puma, Fila, Champion o Nike, pantalones denim, complementos... Todo a precios sensiblemente más baratos que los de las prendas nuevas. También pueden encontrarse marcas clásicas como Ralph Lauren o Tommy Hilfiger en sus versiones más 'sport', como los pantalones tipo chino. Amén del gusto por el logo, en Revibe defienden la filosofía más comprometida del 'vintage': la que tiene que ver con el cuidado del medio ambiente, los precios más razonables y asequibles, pero también con la posibilidad de no vestir "como un clon". Muy orientada a los públicos más jóvenes, la tienda tiene una importante extensión en las redes sociales, donde se anuncian descuentos, sorteos y actividades en el local, donde también se pueden encontrar libros de segunda mano. Como en prácticamente todas las tiendas de este tipo, la ropa se renueva con asiduidad y las tallas vuelan, porque son únicas.
Grey Gardens (Órgano, 3)
Grey Gardens es uno de los templos del 'vintage' en Zaragoza. El proyecto nació desde el compromiso personal de la zaragozana Ana Baldellou que tras decidir dar un cambio a su vida, ha dejado la tienda de la Magadalena en manos de alguien tan implicado con el concepto como ella: Virginia Dólera. "Fue una gran conexión, un flechazo, de esas veces que sabes que algo es para ti", explicaba sobre el momento en que ambas coincidieron. Dólera, amante de la moda y las tendencias mantiene el espíritu de autenticidad al que ha añadido su propio espíritu. Atiende tanto a la moda más deportiva, tan en boga en este sector, como a marcas muy clásicas pero de enorme vigencia, como Burberry's o , Levi's, Lacoste o Tommy Hilfiger. Igualmente, si se acude con el radas en marcha, pueden encontrarse tesoros de marcas de lujo, como Yves Saint Lauren.
Calypso (Martín Carrillo, 3)
Otro clásico de la Magdalena, uno de los epicentros pioneros del 'vintage' en la capital aragonesa. Es una 'rara avis' en la ruta 'vintage' en el sentido de que es una de las que menos responde a las propias submodas que existen dentro de esta moda. Podría decirse que Calypso responde más a una suerte de 'almoneda' textil, con piezas super escogidas que van desde vestidos de fiesta a prendas de punta originalísimas. Todo mezclado con objetos y todo tipo de accesorios. En ese afán casi arqueológico por la moda, sobre todo la del siglo XX, la tienda también ha sido prestadora de diseños y objetos para series de televisión.
Kashmir (Santo Dominguito de Val, 4)
Pili Méndez es el alma de esta tienda 'vintage', una de las más veteranas de la ciudad. El gusto personal de su dueña preside tanto la estética del local como la selección de prendas, que beben mucho del estilo de la moda francesa de los años 60 y 70: tonos pasteles, cuadros de vichy, bolsos de mano y una cuidada selección de favorecedores accesorios y bisutería propia. Pili tiene mano con la costura así que algunas de las prendas son customizadas por ella para hacer los patrones más actuales o para atender los gustos más juveniles. Además, en Kashmir se pueden encontrar también los bolsos de la firma creada por la dueña de la tienda: Et voîlà.
Blue Velvet (Méndez Núñez, 26)
Muy cerca de Kashmir, en la calle Méndez Núñez, también se ha abierto un hueco el 'vintage' con Blue Velvet, también con una ya larga trayectoria en este mundo. Esta parada retro atiende también a muy variados gustos, eminentemente juveniles, desde los más deportivos, con las marcas más de moda, hasta a ropa muy femenina: vestidos, faldas, camisetas rockeras, camisas estampadas, polos de Lacoste customizados para hacerlos tipo 'crop', además de todo tipo de accesorios, desde pinzas para el pelo, bisutería dorada o bolsos.
Horst (San Jorge, 26)
Los objetos de diseño son el 'sancta sanctorum' de esta tienda de la calle San Jorge que siempre ha tenido la mirada puesta en las expresiones más vanguardistas y urbanas de Centroeuropa y Europa del Norte. A este concepto, su dueño, diseñador él mismo, unió el del 'vintage', que convive ahora en el amplio local tipo 'loft' con todo tipo de objetos decorativos llegados de medio mundo. En la tienda hay de todo -camisas, pantalones, sudaderas deportivas, vestidos, vaqueros-, pero es especialmente reseñable su amplia colección de prendas de piel.
Zrift Shop (Antonio Agustín, 1)
Junto a Revibe es una de los últimos fichajes del 'vintage' en Zaragoza, en este caso más ligado con la idea de la segunda mano pura y dura que al del gusto por la moda del pasado. En Zrift Shop se pueden encontrar prendas de antes de ayer, prendas casi como nuevas y otras en peor estado, pero llevables cuyo precio es algo más que asequible. Su dueña, Ava Shaw es una zaragozana con raíces californianas. Desde el sur de Estados Unidos se trajo el gusto por consumir ropa de segunda mano, desarrollado desde muy niña en las llamadas ‘Thrift stores’, enormes almacenes, muy parecidos a los ‘charities’ ingleses. Thrifty, en inglés, es una palabra de difícil traducción literal al castellano que quiere decir "persona que sabe encontrar gangas". Ava ha querido trasladar a la ciudad en la que vive desde 2008 ("me siento maña", dice) ese espíritu de la mano de Zrift Shop –con esa zeta que homenajea a la capital aragonesa–.
Black Light (San Lorenzo, 37)
Las veinteañeras Luna y Miren regentan Black Light donde lo que buscan es, primero, "ofrecer unos precios verdaderamente asequibles" en un sector, el del ‘vintage’, que se ha ido sofisticando hasta el punto de diversificarse, "también en los precios". En su caso, también están comprometidas con el ‘no género’. "Lo que vendemos aquí es para hombres y mujeres, no hay zona de chica y de chico". En ese planteamiento desprejuiciado, quieren acabar con esa idea que asalta a algunas personas, sobre todo menos jóvenes de que en una tienda ‘vintage’ "no va a haber nada para mí". Al contrario, la selección de Miren y Luna es variada, pensando en todas las edades.
MasKDivina (San Lorenzo, 47)
En MasKDivina, tras el mostrador están madre e hija, Maite Jiménez y Carmen Gómez. Es su tienda casi un gabinete de curiosidades, en el que se pueden encontrar desde ropa a objetos de decoración, de libros, a zapatos, de piezas de artesanía a un microscopio. Su filosofía es que no se tire nada que se pueda usar. "Lo que pedimos es que la gente que tenga cosas que estén bien y no vayan a utilizar más las traiga aquí antes de tirarlas". En MásKDivina se vende material en muy buen estado, pero también se aplica la técnica del ‘upcycling’, esto es, arreglar o darle un nuevo toque a las cosas para hacerlas más atractivas. Lo hacen con todo tipo de objetos, pero sobre todo con ropa.
Boutique Paloma (Coso, 198)
La ‘moda de archivo’ supone una vuelta de tuerca al ‘vintage’ que derrota hacia el coleccionismo. Bebe de la caza y captura de piezas singulares de temporadas anteriores, generalmente de colecciones de grandes diseñadores o marcas. Si bien conviene subrayar que este hecho no es exactamente lo que le da a la prenda su valor ‘per se’, sino, sobre todo, su valor artístico, su singularidad o su calidad de icónica o representativa de un determinado momento de la historia del diseño. Tampoco su antigüedad es lo más determinante: una codiciada prenda de archivo puede ser de hace diez años o, incluso menos. A esa rama del 'vintage' se dedica desde hace algunos meses la Boutique Paloma desde un imponente local donde Paloma Herrero, estilista, sigue la filosofía y métodos de la moda del ‘archivo’, con un catálogo de piezas escogidas que llegan desde Italia, Francia y, sobre todo, España. En la nueva andadura de Boutique Paloma se pueden encontrar prendas de los 80, los 90 o de los primeros 2000 de importantes firmas como D-Due, Balmain, Prada, Marimekko, Pucci... Pero donde la zaragozana da el do de pecho es en su apuesta por la moda española. En las perchas hay, por ejemplo, increíbles vestidos de Isabel de Pedro o Sybilla sin estrenar o ejemplos de segundas líneas que lanzaron creadores como Josep Font. Todo a precios impensables en el momento de su lanzamiento.
