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Así están quedando las nuevas habitaciones de la Casa Amparo de Zaragoza

El Ayuntamiento terminará este mes la reforma de las habitaciones e iniciará próximamente la rehabilitación de la cubierta de la iglesia. 

Un operario trabaja en una de las habitaciones de la Casa de Amparo.
Un operario trabaja en una de las habitaciones de la Casa de Amparo.
José Miguel Marco

El Ayuntamiento de Zaragoza continúa con los trabajos de rehabilitación de la Casa Amparo. La construcción de las nuevas habitaciones de la zona noroeste culminará este mes y próximamente se iniciará la adecuación de la cubierta de la iglesia, ubicada en el patio y catalogada bien de interés monumental, que se encuentra en riesgo de ruina. La inversión supera el millón de euros, de los que 369.094 proceden de los fondos europeos, y el objetivo es mejorar las condiciones de los 128 residentes de las instalaciones, la mayoría personas mayores con alta dependencia y difíciles circunstancias sociales. 

Las obras dieron comienzo en torno al mes de abril del año pasado y terminarán antes de Semana Santa. Las está desarrollando la empresa Construcciones Iberco por un importe de 586.988 euros, que también incluye una modificación que hubo que llevar a cabo para poder reforzar el forjado entre las plantas. "Se detectó la necesidad urgente de ejecutar un refuerzo estructural del forjado del suelo que lo separa de la planta calle, donde hay un gran salón polivalente", ha explicado este jueves el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, durante una visita al equipamiento. 

El Ayuntamiento está construyendo cinco nuevas habitaciones en la Casa Amparo y rehabilitará la iglesia.
El Ayuntamiento está construyendo cinco nuevas habitaciones en la Casa Amparo y rehabilitará la iglesia.

Los operarios se encuentran ahora ultimando estas cinco nuevas habitaciones, así como la zona de atención geriátrica y el despacho multiusos que se ha ejecutado en la misma ala del edificio. Todas las estancias cuentan con baño privado, para lo que se han tenido que instalar las redes de saneamiento y fontanería y redistribuir los tabiques. Además, se ha creado un sistema de refrigeración en el falso techo, tal y como ha apuntado Serrano, que funciona mediante tuberías y evita el uso de aires acondicionados, que no son tan beneficiosos para las personas mayores. 

Mientras, en aproximadamente dos meses está previsto que comiencen las obras de rehabilitación de la cubierta de la iglesia, que han sido adjudicadas recientemente a la empresa BCO Construcciones y Servicios SL con un plazo de ejecución de seis meses. "Existía una preocupación porque había una amenaza de riesgo de ruina", ha desgranado Serrano, que ha estado acompañado de la concejala de Políticas Sociales, Marian Orós. Ha hecho hincapié, en este sentido, el edil en la necesidad de proteger y conservar un edificio que tiene "un valor incalculable desde el punto de vista del patrimonio material e inmaterial". 

El proyecto comenzó a redactarse en 2020, pero ya que el tejado concretamente no tiene valor histórico se puede ejecutar una renovación completa de la estructura con materiales de mucha mayor durabilidad. Se mantendrán, no obstante, todos aquellos aspectos que definen sus características arquitectónicas. "El deterioro es generalizado y progresivo, con riesgo de colapso de algunas vigas. Ya se hizo un refuerzo interno como solución temporal, pero ahora vamos a actuar de manera integral", ha incidido. 

En concreto, las obras comenzarán con la demolición de la actual cubierta. Se retirarán las tejas y se conservarán las que se encuentren en buen estado para su reutilización. Posteriormente, se eliminará el tablero de cañizo y yeso, así como la estructura de madera existente, evitando el apoyo en las bóvedas. Se hará además, tal y como ha indicado Serrano, un reparto de las cargas estructurales y se restaurarán las cornisas. Igualmente, se ejecutarán numerosas labores de carpintería, bajantes de pluviales, electricidad, protección antiincendios y seguridad. 

Un faro social

Marian Orós, por su parte, ha hecho hincapié en que la Casa Amparo supone "el verdadero faro social del Ayuntamiento de Zaragoza". Los usuarios llegan a las instalaciones derivados por los servicios sociales municipales o el albergue, la mayoría "con ciertas dependencias y de un entorno complicado". "Nuestro objetivo es que puedan estar en su domicilio el mayor tiempo posible, pero llega un momento en que es muy difícil", ha recalcado. 

Actualmente, hay 128 residentes, 42 hombres y 86 mujeres, con una media de edad que roza los 84 años. El trabajo con ellos se centra en cuatro áreas: la física, en la que se fomenta su autonomía y autocuidado, la movilidad articular, la fuerza o cuestiones como el manejo de los teléfonos móviles; la cognitiva; la de ocio y tiempo libre; u la que tiene que ver con el entorno, que incluye por ejemplo actividades intergeneracionales con el colegio Santo Domingo. 

"Este es uno de los mejores ejemplos que muestran el compromiso social del gobierno. Tenemos la obligación de devolverles todo lo que nos han dado", ha defendido Orós. 

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