José Antonio Albero, agricultor: "No podemos perjudicar a la gente, cortando autovías son muchos los afectados"

La complicada situación que está atravesando el sector con un encarecimiento sustancial de los precios, el peligro que conllevan las importaciones y la polémica gestión de la nueva PAC están afectándole de primera mano.

José Antonio Albero, agricultor de Leciñena
José Antonio Albero, agricultor de Leciñena
H. A.

"A mis hijos siempre les ha encantado el campo y mi ilusión siempre ha sido que siguieran con mis tierras, en un negocio que ya llevaban mis abuelos, mi padre y ahora mi hermano y yo. Ahora, sin embargo, me alegro de que no estén aquí, que tengan un sueldo fijo y sin preocupaciones de si lloverá o si me subirán el precio de los productos". Es el testimonio de José Antonio Albero, un vecino de Leciñena que lleva 50 años trabajando en la agricultura y que relata entristecido la complicada situación que está atravesando el sector con un encarecimiento sustancial de los precios, el peligro que conllevan las importaciones y la polémica gestión de la nueva PAC.

Es claro y preciso: "Sin nosotros no se podrá comer, empleamos todos los días". Al mismo tiempo que se cuestiona las múltiples controversias que rodean su profesión. "¿Cómo es posible que el kilo de patata cueste 1,60 en el supermercado y al agricultor le den 15 céntimos?", se pregunta Albero mientras habla del "desfase de los precios" que tienen que pagar por productos que deben utilizar en su trabajo como el gasoil o los fertilizantes.

Y es que Albero, al igual que otros agricultores en España, achacan muchos de estos problemas a la nueva PAC. "Nos obligan a sembrar cosas que luego no vamos a cosechar", relata. Y a esto hay que sumar las condiciones y controles que fija la Comunidad Europea y que deben cumplir solo los agricultores europeos -los extranjeros quedan exentos-. Por ello, exigen que se impongan a las importaciones de terceros países las mismas exigencias de calidad y seguridad a la que están sometidos los productores de toda Europa. "Algo que cuesta fabricar 2 céntimos en Marruecos, aquí son 10 por ciertas normas que te obliga a cumplir la Comunidad Europea", explica José Antonio. Precisamente por ellos, por la Comisión Europea, según Albero, es por donde hay que empezar a buscar soluciones, además de regular los precios por parte del Gobierno.

Ante esta situación, este agricultor de 65 años de Leciñena, al igual que miles más en toda España, han decidido salir a la calle y protestar. Desde hace ya una semana, las reivindicaciones del sector primario han cortado carreteras, autovías y han llegado al centro de las grandes ciudades. "Tenemos derecho a manifestarnos", dice Albero, aunque cuestiona cómo se están llevando a cabo estas concentraciones: "No podemos perjudicar a la gente, cortando las autovías son muchas las personas afectadas".

José Antonio y su hermano Arsenio fueron de los primeros que iniciaron las manifestaciones de tractores el primer día en Mercazaragoza. Sin embargo, la abandonaron cuando comprobaron que muchos tractoristas estaban incumpliendo lo pactado con la Guardia Civil. Explica que siempre han contado con el apoyo de los agentes para concentrarse de manera pacífica. "Nunca nos han dicho que no nos manifestamos, somos agricultores, no delincuentes", cuenta. Para él, lo correcto sería concentrarse sin incumplir las normas de seguridad vial, por ejemplo circulando lentamente pero sin cortes totales de carreteras. Y también, por supuesto, sin perjudicar al resto de la población, porque sino, concluye, "los que nos aplauden se vuelven en nuestra contra y ya entonces si que no tenemos nada que hacer". 

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