Arquitectura
Una casa 'origami' que asoma por el horizonte de Zaragoza
El proyecto de una vivienda unifamiliar del estudio de los hermanos Magén ha recibido varias menciones en premios de arquitectura.
El origami es una técnica o un arte a través del cual el papel se pliega para dar lugar a formas de lo más diversas. Quizá resulta impensable hacer lo propio con un edificio, pero a día de hoy hay pocas cosas improbables para los arquitectos. Precisamente, en Zaragoza se erige una vivienda, diseñada por el estudio de los hermanos Magén, cuya fachada parece que se pliega como un papel para formar una distribución única.
Sus formas geométricas complementan al horizonte zaragozano. Esta casa se encuentra en la urbanización Torre del Pinar, en las afueras, a medio camino entre Utebo y Garrapinillos. La obra de Magén Arquitectos recibió, en el año 2016, los accésit al mejor proyecto de uso residencial y al mejor proyecto de sostenibilidad y medio Ambiente de los Premios García Mercadal. Además, fue finalista de los galardones 2 de Abril, del Ayuntamiento de Zaragoza, y ha aparecido en varias revistas de arquitectura por su original diseño.
La vivienda se originó a partir de una construcción ya existente en la parcela, en una obra que fue interrumpida y abandonada. No obstante, el punto de partida era bueno, gracias a las dimensiones del terreno, el entorno ajardinado del alrededor y la orientación sur de la fachada al jardín. Así, los cimientos de la obra ya existentes debían ser reformados y ampliados para poder recibir el nuevo programa residencial y para generar espacios intermedios, de mediación entre el interior de la vivienda y el exterior.
Así nace esta original edificación. Aprovechando la construcción ya existente, el objetivo es integrar los nuevos volúmenes. Esta unión es el mantra de la intervención, que da como resultado un inmueble que da la sensación de que se dobla y se pliega para dar lugar a diversas formas.
De hecho, el hogar, en planta, se pliega sobre sí mismo para acotar un patio abierto al jardín. La cubierta es una superficie tridimensional, también plegada, que se adapta a las diferentes alturas. Los porches de las entradas crean sombras para cuando el calor apriete y, además, enmarcan las vistas. La fachada, totalmente blanca, hace efecto de contraste con los briosos jardines de alrededor.
"Así, una cubierta inclinada, a base de planos plegados de zinc, se convierte en el elemento distintivo y unificador del volumen construido, proyectándose más allá de la traza original. Ahí alberga una terraza exterior en la planta primera, con vistas a toda la parcela que, a su vez, sirve para cubrir el exterior del comedor; y un garaje conectado al vestíbulo por un porche cubierto", describe el prestigioso estudio de arquitectura.
La estructura de los nuevos volúmenes se resuelve con esbeltos perfiles metálicos rectangulares, seriados a modo de celosía. La cubierta es una superficie plegada acabada en zinc, y el acabado continuo de las fachadas es de monocapa liso blanco. Mientras, los interiores también fueron condicionados por las construcciones ya existentes en la parcela. Se proyectan espacios amplios, diáfanos, conectados con el exterior mediante grandes ventanales.
La planta baja se caracteriza por la integración de la cocina como parte fundamental de la zona de estar, abierta al salón. Mientras, la planta sótano contiene un salón biblioteca y zonas de lavado, planchado y despensa, con acceso directo desde el exterior. Además, en la primera planta hay dos baños.
La edificación, dicen desde Magén, se construye "abrazando" el patio de acceso a la vivienda, que pasa a formar parte visualmente de las circulaciones de la misma, "al tiempo que desarrolla una relación más compleja con el resto de espacios exteriores de la parcela". La urbanización de los espacios exteriores de la parcela se estructura definiendo un cenador exterior, cubierto por una pérgola, conectado a la casa por medio de un camino de madera, donde también se ubica una piscina, y rodeado por un jardín.
