Decenas de personas se concentran en Zaragoza en el primer aniversario del desalojo del Luis Buñuel: "Era nuestra casa"

Colectivos y usuarios lamentan que muchas de las actividades que se hacían no han podido continuar.

Parte de los asistentes, este jueves, en la plaza de Santo Domingo
Parte de los asistentes, este jueves, en la plaza de Santo Domingo
Heraldo

Decenas de personas se han concentrado este jueves en la plaza de Santo Domingo de Zaragoza en el primer aniversario del desalojo del antiguo instituto Luis Buñuel, que reabrirá convertido en un centro de mayores para el Casco Histórico a mediados de año.

Los colectivos y usuarios del centro social comunitario se han reencontrado a las puertas de la que, según han dicho, fue su “casa” durante años. “Es muy duro lo que nos han hecho”, aseguraba María Zambrano, la primera en tomar la palabra, antes de criticar que, 12 meses después, no haya “nada nuevo en el barrio para jóvenes y mayores”.

El llamamiento ha tenido también un marcado carácter lúdico, con una batucada y una exposición fotográfica de las actividades que allí se realizaban. Además, como broche se ha cantado la canción 'Soy Ganchera'. Al acto han acudido, entre otros, el exalcalde Pedro Santisteve y el concejal de Zaragoza en Común (ZEC) Suso Domínguez.

Inés, una de las usuarias, recordaba que aprendió a coser en el Buñuel. “Hoy estamos nostálgicos. Es imposible no pensar en todas las cosas que ya no podemos hacer. El centro atraía a cientos de personas cada día, había veces que las salas estaban llenas a todas horas”, ha asegurado. También ha rememorado iniciativas solidarias como la comida que se repartía todos los sábados de 13.00 a 15.00 o la recogida de juguetes que se hacía cada año para las familias con menos recursos. “La gente venía a hacer donaciones en masa”, ha agregado.

Ella fue una de las personas que hace un año estuvieron “en vilo” ante la entrada de la Policía, una actuación que se produjo después de que el colectivo que gestionaba el edificio desoyera el requerimiento del Ayuntamiento de Zaragoza de abandonar las instalaciones antes del 23 de enero y decidiera seguir allí sin permiso. 

Muchos de los colectivos, han asegurado los presentes, se han quedado sin sitio para reunirse. Esto ha ocurrido, sobre todo, con los más minoritarios, aunque otros han tenido mejor suerte “gracias a la solidaridad vecinal”. “A nosotros nos han acogido y hemos podido continuar nuestra labor”, ha apuntado Pilar, de Ruda de Bruja.

Por su parte, Daniel, del colectivo de teatro comunitario, ha evocado los entre siete y ocho años que estuvieron en el Buñuel. “Pudimos seguir gracias a que el colectivo de trabajadoras del hogar nos dejó su local. Posteriormente hemos pasado por La Pantera Rosa y A Vecinal y en la actualidad, podemos reunirnos un ratito todos los lunes en el colegio de Santo Domingo, que nos ha abierto sus puertas. Es nuestra forma de compartir con el barrio todo lo que nos mueve por dentro”, ha dicho, no sin reconocer lo “muchísimo” que echa de menos el antiguo instituto.

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