El baile más emocionante del Morico

Emocionante y multitudinario homenaje a Domingo Carrillo en su última carrera con uno de los cabezudos más queridos de Zaragoza.

Gif despedida Morico.
La despedida de Domingo Carrillo del Morico.
Guillermo Mestre

Cuando en 1985 Domingo Carrillo se enfundó por primera vez el cabezón del Morico no podía imaginar la despedida por todo lo alto que le han brindado este San Valero miles de zaragozanos. Tal es el cariño que el Morico despierta entre niños y mayores que, cuando se ha retirado la comparsa de gigantes y cabezudos, agentes de la Policía local han ido a buscar a Domingo para pedirle que saliera a la plaza del Pilar con su cabezudo para darse el último baile juntos, el más emocionante de 39 años de carreras.

Varias horas después, Domingo Carrillo narraba la experiencia aún con la voz entrecortada y muy emocionado. "Me estaba quitando la ropa y un policía me ha dicho que tenía que salir a saludar", detalla. Y el Morico ha salido a la plaza como si fuera una estrella de rock. Al son de los gaiteros que acompañan a la comparsa, se ha puesto a bailar, con más sentimiento que nunca, la pegadiza cantilena que siempre le acompaña. "Aquí, allá, Morico el Pilar, se come las sopas y se echa a bailar". Vítores y aplausos le han acompañado. "Ha sido muy bonito. Sientes el cariño por parte de todo el mundo. Es muy gratificante", ha confesado. 

Cuando la comparsa de cabezudos ha cerrado su recorrido este San Valero, el Morico y Domingo Carrillo, que se ha metido en su piel durante los últimos 39 años, se separarán para siempre y dejarán de encorrer juntos a los niños

Ya durante el recorrido de los cabezudos ha necesitado la ayuda de la Policía local para que le abrieran camino y poder avanzar. Es la mejor prueba del cariño que se ha ganado el Morico, el que Domingo Carrillo ha sembrado a lo largo de casi 40 años a base de abrazos y carantoñas. Aunque cuando tenía que correr, corría como el que más.  

"Cuando he tenido que volver a salir a la plaza he pedido a los gaiteros que tocaran la canción del Morico y hemos alargado diez minutos más las fiesta", detalla Domingo Carrillo. Era consciente de que se acercaba el final. Cuando se ha quitado el atuendo del Morico, confiesa que ha sufrido "mucha pena". Ha sentido, explica, como si se rompiera "una simbiosis entre el  Morico, la fama y lo que arrastra a todo el mundo, y yo, que pasaba por ahí y me ha tocado llevarlo".

"Tengo que estar muy agradecido al Morico y a todo el mundo y a la ciudad de Zaragoza. Si soy sincero, nunca me esperé una despedida así", reconoce. Al acabar ha abrazado a su cabezudo. "Nos veremos, pero ya no será lo mismo", le ha dicho. Pasará a partir de ahora al otro lado, al mismo desde el que lo admiraba cuando era solo un niño.

Tras un día de emociones intensas, este martes tiene previsto quedarse a descansar para asimilar lo que representa para él y su familia un gran cambio. "Cuando llevas un cabezudo, tu mujer y tus hijos también lo hacen", explica. El tiempo que destinaba a encorrer a los chavales era tiempo que restaba a su familia. 

El último baile con el Morico, el más emocionante, ha puesto el broche de oro a una hermosa amistad. Y al trabajo bien hecho que ha permitido que sea el Morico el cabezudo más querido.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión